
El escritor Bartolomé Cairasco de Figueroa (1538-1610), considerado uno de los fundadores de la literatura de Canarias, escribió su célebre obra de teatro Comedia del recibimiento. Gracias a esta manifestación literaria sabemos hoy que hace unos pocos siglos existió en la isla de Gran Canaria (Canarias, España) una gran selva primigenia de exuberante laurisilva, que ocupaba buena parte de la superficie de la isla, y a la que el autor mostró todo su aprecio: el bosque de Doramas.
Sirvan las siguientes palabras de Cairasco de Figueroa para rememorar un pasado natural que ya no existe; tan sólo quedan algunos vestigios de aquel mítico bosque, malogrado por las sucesivas intervenciones del hombre:
"Este es el bosque umbrífero
que de Doramas tiene el nombre célebre,
y aquestos son los árboles
que frisan ya con los del monte Líbano;
y las palmas altísimas,
mucho más que de Egipto las pirámides,
que los sabrosos dátiles
producen a su tiempo dulces támaras.
Aquí de varia música
hinchen el aire los pintados pájaros;
la verde yedra errática
a los troncos se enreda con sus círculos;
y, más que el yelo frígidas
salen las fuentes de peñascos áridos.
Aquí de Apolo Délfico
no puede penetrar el rayo cálido,
ni del profundo océano
pueden damnificar vapores húmedos.
Aquí con letras góticas
se escriben epigramas, nombres, títulos
en árboles tan fértiles
que parece que estuvo regalándose
en ellos el artífice de la terrena y la celeste fábrica".
Para leer más:
Bartolomé Cairasco de Figueroa: Comedia del recibimiento. Cabildo de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, 2017.
