El artista español Joan Miró (1893-1983), uno de los máximos representantes del surrealismo, concebía el arte como una forma de horticultura. Dotado de una gran creatividad, inteligencia, sensibilidad e intuición, Miró dio vida a su universo artístico como lo haría un artesano, o un hortelano que cultiva su huerto. Así, fertilizaba Miró sus múltiples semillas artísticas en el taller:
«Considero que mi taller es como un huerto. Por allí hay alcachofas. Por aquí, patatas. Hay que podar las hojas para que los frutos se desarrollen. Llega un momento en que hace falta cortar.
Trabajo como un hortelano o como un viñatero. Las cosas llegan lentamente. Mi vocabulario de formas, por ejemplo, no lo he descubierto de una vez. Se formó casi a mis pesar.
Las cosas siguen su curso natural. Crecen, maduran. Hace falta injertar. Hay que regar, como se hace con las lechugas. Así maduran en mi espíritu. Por ello trabajo siempre en muchísimas cosas a la vez. E incluso en dominios diferentes: pintura, grabado, litografía, escultura, cerámica».
Para leer más:
Joan Miró: Yo trabajo como un hortelano. Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 2018.