
Circunscribir el análisis de una economía, como la española, a la evolución monetaria de su Producto Interior Bruto es, sin duda, un enfoque muy limitante. Entre otras razones porque se ocultan los fundamentos físicos (agua, energía, materiales…) que hacen posibles todos los procesos de producción, consumo y distribución de bienes y servicios que generan los diferentes agentes económicos.
La existencia de una Contabilidad Medioambiental es una valiosa herramienta para conocer con qué intensidad una economía emplea los recursos materiales que proceden del medio natural para el desarrollo de todas sus actividades. En el caso de España, como expresa el Instituto Nacional de Estadística (INE), la Cuenta de flujos de materiales «muestra los inputs físicos de materiales que entran en el sistema económico nacional y los outputs a otras economías o al medio natural», expresados en unidades físicas (toneladas).
Los datos disponibles para la economía de España nos dan luz sobre cómo ha evolucionado este país respecto al consumo y la extracción de materiales, así como a la intensidad o productividad de los recursos (ecoeficiencia) en términos de PIB.
A continuación se exponen los principales resultados obtenidos del análisis realizado de los datos disponibles correspondientes a los años 2008-2023, un periodo que ha estado marcado por la Gran Recesión y, más recientemente, por los efectos de la pandemia del COVID-19, la guerra en Ucrania y la crisis energética.
1. El consumo nacional de materiales, esto es, la cantidad total empleada directamente por la economía española, ascendió a 417,9 millones de toneladas (Mt) en 2023. Ello supone una reducción del 48,5% respecto al año 2008 (811,8 Mt). La mayor parte de esta reducción se ha producido durante los años 2008-2013 de la Gran Recesión, a la que sigue otra etapa de cierta recuperación y mayor estabilidad.
2. La economía española se vale como principal origen de su consumo de materiales la extracción nacional, que en el año 2023 ascendió a 344,1 Mt, es decir, el 82,4% del consumo total. Este porcentaje ha aumentado respecto al de 2008 (81,5%). El resto del consumo de materiales corresponde al balance comercial físico (importaciones menos exportaciones).

3. Respecto a la extracción nacional de materiales por tipos, destaca el protagonismo que toman los minerales no metálicos (piedra caliza, yeso, arenas, grava…), que en el año 2008 representaban el 78,3% del total. Como consecuencia del pinchazo de la burbuja inmobiliaria y el declive del sector de la construcción durante los años de la Gran Recesión, dicho peso llegó a reducirse hasta el 54,5% en 2013, para tomar posteriormente una senda de recuperación que llega hasta el año 2023 (62,0%).
En segundo lugar, se encuentra la extracción de biomasa (cereales, frutas, hortalizas, biomasa pastada…), cuya participación porcentual, en cambio, ha aumentado, desde el 19,8% en 2008 hasta el 31,2% en 2023.
A distancia se sitúan los minerales metálicos (cobre, zinc, estaño, plomo, níquel…), cuyo peso se ha incrementado, desde el 0,3% hasta el 6,8%, y los combustibles fósiles (hulla, antracita, petróleo, gas natural licuado…) que, por el contrario, han perdido importancia relativa, desde el 1,6% en 2008 al 0,03% en 2023.
Como puede observase en el siguiente gráfico, en términos absolutos la extracción de los distintos tipos de materiales ha mostrado también una evolución diferenciada.

Durante el periodo 2008-2023 la extracción nacional total de materiales se ha reducido de 662 Mt a 350 Mt, esto es, un descenso de 344 Mt (un -48,0%). Los minerales no metálicos, los materiales de mayor protagonismo, han sido los que han determinado dicha reducción, al haberse recortado su extracción en unas 304 Mt (un -58,8% en el conjunto del periodo 2008-2023). Este tipo de materiales llegó a tocar fondo en 2013, con una extracción de 172 Mt, si bien a partir de entonces ha tomado una senda ascendente hasta 2021, para a continuación moderase y situarse en 213 Mt en el último año de 2023 (dato avance).
Por el contrario, los minerales metálicos han visto aumentar su extracción en el conjunto del periodo, pasando de 2,0 Mt en 2008 a 23 Mt en 2023. La extracción de este tipo de materiales, por tanto, se ha multiplicado por 12 en dicho periodo.
La extracción de biomasa, por su parte, si bien se ha reducido desde las 131 Mt en 2008 hasta las 107 Mt 2023 (dato avance), ha mostrado durante el periodo diversos altibajos con una tendencia en general de estabilización, y de moderación en los dos últimos años.
Finalmente, la extracción de combustibles fósiles es la que ha experimentado la mayor reducción porcentual (-98,9%) en el periodo analizado, al descender desde 10,5 Mt en 2008 hasta 0,1 Mt en 2023.
4. Atendiendo al balance comercial físico de la economía española, es decir, el consumo de materiales que no se debe a la extracción sino a los flujos con el exterior, ascendió a 73,8 millones de toneladas en 2023. Esta cifra es el resultado de unas importaciones de materiales (249,2 Mt) que superan a las exportaciones (175,4 Mt).
Durante el periodo analizado dicho balance comercial físico ha sido siempre deficitario, No obstante, la economía española ha conseguido reducirlo desde los 150,2 Mt de 2008, como consecuencia de la diferente evolución mostrada por las importaciones, que han descendido un 9,6%, frente a las exportaciones de materiales, que han aumentado un 40,0% durante el periodo analizado.
5. Para evaluar la ecoeficiencia de una economía, se dispone, en primer lugar, del indicador de intensidad del Consumo Nacional de Materiales (CNM). De acuerdo con el INE, la economía española ha reducido la intensidad con la que consume materiales durante el periodo 2008-2023. Ha pasado de consumir 685,3 toneladas por cada millón de euros de producción en el año 2008 hasta las 318,2 en 2023. Dicha reducción, del 53,6%, se ha concentrado en los años 2008-2013. A partir de 2014 se presenta otro periodo en el que no termina aún de consolidarse una tendencia de mayor ecoeficiencia, hasta que en los dos últimos años se constata con mayor claridad dicha mejoría.
6. El indicador de intensidad del Input Directo de Materiales (IDM) constituye también una medida relevante para aproximarnos a evaluar la senda hacia la sostenibilidad de una economía. Este indicador de intensidad contabiliza la entrada directa de materiales en el sistema económico procedente del medio natural nacional y del resto del mundo, es decir, extracción nacional e importaciones, quedando expresado en términos de toneladas por millón de euros de PIB.
Así, para el periodo analizado se concluye que la intensidad del IDM de la economía española se ha reducido desde las 791,0 toneladas por millón euros de PIB en 2008 hasta las 451,7 en 2023.
Como ha sucedido con el consumo nacional de materiales, el periodo de crisis económica que irrumpió en 2008 ha ido acompañado de un proceso de menor intensidad del empleo de los materiales requeridos por la economía. En el caso del indicador de intensidad del IDM ha descendido un 42,9% durante el periodo 2008-2023, constatándose que a partir de 2013 no se observa una tendencia clara de ganancias de ecoeficiencia hasta que en los dos últimos años (2022-2023) ya se observan mejorías significativas.
7. Durante los años 2020 y 2021, marcados por los fuertes impactos de la pandemia del COVID-19, paralelamente a la brusca caída de la actividad económica se ha producido también un descenso significativo del consumo de materiales. Este «ahorro de materiales» fue proporcionalmente menor que la fuerte caída mostrada por el PIB, de modo que los dos indicadores de intensidad de materiales (CNM e IDM) repuntaron y superaron en 2020 y 2021 los valores registrados en 2019.
No obstante, los datos más recientes parecen confirmar que la economía española ha mostrado durante 2022-2023 un aumento de la ecoeficiencia que la sitúa en mejor posición que en el periodo previo a la crisis sanitaria.

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