La evolución del consumo de agua en la UE (2000-2022)

Uno de los mayores retos medioambientales a los que se enfrenta la humanidad es la disponibilidad de un recurso vital: el agua. En el actual contexto de intensificación de la crisis climática y de pérdida de biodiversidad, las amenazas sobre los recursos hídricos disponibles se vuelven más evidentes.

Cobran, por tanto, especial importancia los estudios periódicos que informen no sólo de con qué recursos hídricos contamos, sino también cómo estamos consumiéndolos si queremos realmente garantizar un abastecimiento a largo plazo en condiciones de sostenibilidad.

En el contexto europeo, la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha elaborado el índice de explotación del agua (IEA) que nos permite conocer el consumo total de agua de los países europeos relativizándolo por los recursos renovables de agua dulce disponibles en dichos territorios. Este índice, que publica periódicamente Eurostat, cuantifica el consumo de agua como consumo neto, es decir, la cantidad de agua extraída a la que se descuenta el agua que retorna al medio ambiente antes o después de su uso, a través de las cuencas hidrográficas (por ejemplo, fugas o vertidos de los sectores económicos). Al evaluarse como porcentaje sobre los recursos renovables de agua disponibles el IEA nos envía señales de si un país se encuentra en situación de escasez hídrica o no.

Hasta la fecha, a nivel europeo, no se han acordado objetivos cuantificados para el IEA. No obstante, la Directiva Marco del Agua (Directiva 2000/60/CE) exige a los Estados miembros de la UE promover el uso sostenible de los recursos hídricos y garantizar un equilibrio entre la extracción y la recarga de las aguas subterráneas, con el fin de lograr un buen estado ecológico tanto aguas subterráneas como de las aguas superficiales.

Además, se ha acordado tomar para el IEA dos valores umbrales, que son utilizados habitualmente en estudios científicos. Un IEA superior al 20% nos indica que ese país o territorio se encuentra en una situación de escasez. Asimismo, si el IEA iguala o supera el 40% nos informa que la situación de escasez hídrica es grave, lo que implica que el consumo de los recursos de agua dulce es insostenible.

Analizando los últimos datos publicados por Eurostat, correspondientes al año 2022, el índice de explotación del agua en la Unión Europea se situó en el 5,8%. Este valor supone un significativo repunte de 1,2 puntos porcentuales respecto al año anterior.

Hay que tener en cuenta, como señala AEMA, que los cálculos anuales del IEA no reflejan la distribución espacial y estacional desigual de los recursos y, por lo tanto, pueden enmascarar el estrés hídrico, que se produce de forma estacional o regional. De hecho, como afirma la agencia medioambiental europea en el año 2022 la escasez de agua afectó al 34% del territorio de la Unión Europea durante al menos una temporada estacional.

Como puede observarse en el siguiente gráfico, durante todo el periodo 2000-2022 el índice de explotación del agua ha registrado diversos altibajos. No obstante, pueden apreciarse dos etapas diferenciadas. Durante el primer subperiodo (2000-2014) predomina una tendencia de descenso que desemboca en su nivel más bajo en el año 2014 (3,9%). Sin embargo, en el subperiodo posterior (2015-2022) el IEA muestra una senda, en general, ascendente, alcanzando su nivel más elevado en el último año 2022.

En un análisis por países, el mayor índice de explotación del agua lo soporta en 2022 Chipre, con el 71,0%, es decir, este país se encuentra en una manifiesta situación de grave escasez hídrica. A continuación, le siguen Malta (34,1%) y Rumanía (21,0%), ambos países superando el umbral del 20% que indican una situación de escasez de agua. Otros Estados miembros que superan el 5,8% del IEA promedio comunitario son Italia (15,6%), Grecia (13,8%), Portugal (10,1%), España (8,8%) y Polonia (6,3%).

En el otro extremo, el país mejor situado respecto a la extracción de recursos hídricos es Letonia (0,2%), seguido de Croacia (0,3%), Suecia (0,3%), Eslovaquia (0,4%), Lituania (0,4%), Eslovenia (0,6%), Finlandia (0,6%) y Luxemburgo (0,7%), todos ellos con un IEA inferior al 1,0%.

Para el conjunto del periodo 2000-2022, 15 de los 27 países de la UE han visto incrementar su índice de explotación del agua, observándose los mayores aumentos en Chipre, Rumanía, Malta e Italia. Por el contrario, en doce Estados el IEA ha descendido durante 2000-2022, destacando por sus mayores reducciones absolutas Grecia y Portugal, si bien siguen con valores superiores a la media, y Lituania.

Para más información:

Eurostat

European Environment Agency