En 2015 la Carta Mundial del Turismo Sostenible (ST+20), adoptada en Vitoria-Gasteiz (España), viene a recordar y reiterar, veinte años después, la validez de los principios expresados en la Carta Mundial del Turismo Sostenible de 1995.
Como expresa en sus párrafos preliminares, el desarrollo turístico provoca determinados efectos negativos, relacionados con la destrucción de los recursos naturales y culturales, los desequilibrios y desigualdades sociales, y la corrupción y el soborno en todas sus formas.
Ante estas preocupaciones el turismo, entre otras funciones:
- Ha de asegurar la protección y la integridad de nuestro patrimonio común, material e inmaterial.
- Debe ser compatible con la conservación de la naturaleza y de la biodiversidad.
- Debe reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, para responder de forma activa y urgente al cambio climático.
- Puede contribuir a luchar contra la pobreza, proteger la naturaleza y el medio ambiente, y promover el desarrollo sostenible, dado que se trata de una actividad transversal.
- Debe asegurar la implantación de patrones de consumo y producción sostenibles a lo largo de toda la cadena de servicios y actividades.
- Es un sector económico prometedor de desarrollo, especialmente para los países en desarrollo, y clave para apoyar la transición hacia economías verdes.
- Debe adoptar tecnologías y modos de gestión que procuren la eficiencia en el uso de los recursos, en particular agua y energía.
- Debe evitar la generación de residuos y la contaminación.
- Debe aprovechar las TICs para construir un turismo inteligente, responsable y creativo.
De forma complementaria, la Carta (ST+20) establece una serie de llamamientos a la acción de todos los agentes implicados en el desarrollo turístico:
- Los gobiernos y organizaciones internacionales.
- Los destinos y comunidades locales.
- La industria del turismo.
- Los consumidores.
- Los investigadores, desarrolladores y formadores.
- Las Redes y ONGs.
Así, por ejemplo, entre todos los llamamientos expresados en ST+20, podemos destacar los siguientes:
A los gobiernos y organizaciones internacionales.
«Integrar la sostenibilidad en las políticas, estrategias, operaciones y planes de turismo nacionales, regionales e internacionales, cumpliendo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas».
A los destinos y comunidades locales:
«Considerar la capacidad de carga de los destinos, no sólo en el caso de los sitios naturales, sino también en las zonas urbanas, especialmente cuando la calidad de vida de los residentes puede verse comprometida».
A la industria del turismo:
«Contribuir a la creación, desarrollo e implantación de productos y servicios turísticos sostenibles que fomenten el uso respetuoso del patrimonio natural y cultural, y que transmitan los valores del destino y su identidad a través de la experiencia turística».
A los consumidores:
«Escoger los productos y servicios más sostenibles frente a las otras opciones menos sostenibles».
Para más información:
Carta Mundial del Turismo Sostenible (ST+20)