
El Pacto Verde Europeo (PVE) nació en 2019 con una Comunicación de la Comisión Europea. Se concibe como un gran pacto que pretende promover la asociación de los ciudadanos, la sociedad civil, las autoridades públicas (nacionales, regionales y locales) y todos los sectores económicos con las instituciones comunitarias para dar respuesta a los desafíos del clima y medio ambiente que tiene ante sí la Unión Europea.
Desde sus primeras líneas el PVE pone de manifiesto la urgente necesidad de actuar. Y reconoce expresamente que:
«La atmósfera se está calentando, y el clima cambia de año en año. De los ocho millones de especies del planeta, un millón está en riesgo de extinción. Estamos contaminando y destruyendo los bosques y los océanos»
El Pacto Verde persigue afrontar los desafíos del clima y del medio ambiente, poniendo las bases para transformar la economía y la sociedad de la UE en la senda de la sostenibilidad. Como objetivo prioritario se establece alcanzar una UE neutra en emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) en 2050. Dicha transición, en la que se encuentran implicados todos los sectores económicos y a la que contribuirán todas las políticas comunitarias, habrá de ser, además, justa e integradora.
Para hacer realidad sus objetivos, el PVE presenta una hoja de ruta inicial con las medidas clave a aplicar en ocho ámbitos básicos de actuación: clima, energía, industria, construcción, movilidad, sistema alimentario, ecosistemas y biodiversidad, y contaminación y sustancias tóxicas.
1. Clima
Con las vistas puestas en una Unión Europea que alcance la neutralidad climática en 2050, las políticas comunitarias han de ir dirigidas a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, que en 2030 deberán haberse reducido al menos un 50%. Ello implica llevar a cabo la aprobación de nuevas leyes como la primera “Ley del Clima” europea y reformas como la revisión de la Directiva sobre fiscalidad de la energía. Es de especial importancia garantizar una tarificación eficaz del carbono en todos los sectores económicos y que el precio de las importaciones refleje su verdadero contenido de carbono.
2. Energía
En el sector de la energía el Pacto Verde propone proseguir con su proceso de descarbonización dado que de él proviene el 75% de las emisiones de GEI. Es prioritario para ello fomentar la eficiencia energética y un sector eléctrico basado en las energías renovables. Asimismo, el PVE presta atención a la aplicación de otras medidas igualmente necesarias: presentación de los planes nacionales de energía y clima, una estrategia de integración sectorial inteligente, la descarbonización del sector del gas, una estrategia en materia de energía eólica marina, la modernización de las infraestructuras energéticas y una respuesta al riesgo de pobreza energética de los hogares.
3. Industria
La industria europea es muy dependiente de la extracción de materiales, a la vez que sigue generando importantes emisiones de GEI y una gran cantidad de residuos. En cifras, en la actualidad la industria genera aún el 20% de las emisiones de GEI y únicamente el 12% de los materiales que utiliza son materiales reciclados. Con el PVE se persigue la transición de la actual industria basada en una economía lineal hacia otra de economía circular, donde se prioriza la reducción y reutilización de los materiales. Asimismo, el PVE pone el foco en las industrias de gran consumo energético (acero, química, cemento…), que es necesario descarbonizar y modernizar, y en las industrias que hacen un uso intensivo de recursos (textil, construcción, electrónica, plásticos…). El plan de acción de la economía circular habrá de incluir medidas que fomenten la producción de bienes reutilizables, duraderos y reparables, y medidas que pongan coto a la obsolescencia programada, entre otras.
4. Construcción
La construcción, utilización y renovación de edificios supone una cantidad considerable de energía y recursos minerales (arena, grava, cemento…). En la UE el 40% del consumo de energía corresponde a los edificios, lo que obliga, ante los objetivos marcados en materia de eficiencia energética y clima, a aplicar una política decidida de renovación de edificios tanto públicos como privados. El PVE defiende medidas encaminadas a la renovación energética de escuelas y hospitales, y también de viviendas sociales para ayudar a las personas con dificultades para pagar su factura energética.
5. Movilidad
En la UE el transporte representa el 25% de las emisiones de GEI, porcentaje que sigue creciendo. Para alcanzar el objetivo de neutralidad climática es necesario que dichas emisiones se reduzcan un 90% de aquí a 2050. El PVE anuncia una estrategia de movilidad sostenible e inteligente. Las medidas propuestas van dirigidas a impulsar el transporte multimodal, que priorice el transporte por ferrocarril y acuático frente al transporte por carretera; a hacer desaparecer las subvenciones a los combustibles fósiles, y a intensificar la producción y utilización de combustibles alternativos sostenibles, con el despliegue de puntos públicos de recarga y repostaje para los vehículos de emisión cero y baja emisión. La mejora del transporte público y la adopción de normas más estrictas para las emisiones de contaminantes atmosféricos de los vehículos con motor de combustión son otras de las medidas anunciadas en el PVE.
6. Sistema alimentario
Se propone la elaboración de la Estrategia “de la granja a la mesa” que establecerá, entre otras, las siguientes medidas: el fomento de alimentos sostenibles, una orientación “ecologizante” de la políticas agrícola y pesquera comunes que contribuya a los objetivos climáticos, la protección del medio ambiente y la preservación de la biodiversidad; la reducción del uso de plaguicidas, abonos y antibióticos; el aumento de la superficie dedicada a la agricultura ecológica; la reducción del impacto medioambiental del sector de la transformación alimentaria y del sector minorista; el fomento del consumo de alimentos sostenibles y saludables, y la reducción del despilfarro de alimentos.
7. Ecosistemas y biodiversidad
El PVE aboga por la aprobación de la Estrategia sobre Biodiversidad para lograr detener la pérdida de especies y espacios protegidos de la UE. Las medidas necesarias para frenar la pérdida de biodiversidad deberán ir dirigidas, entre otros objetivos, a incrementar y mejorar la Red Natura 2000, mejorar los ecosistemas dañados, aumentar la biodiversidad en las ciudades, mejorar y aumentar la superficie forestal para luchar contra la crisis climática, gestionar de forma sostenible los recursos acuáticos y marinos, y aprovechar el potencial de las energías renovables marinas.
8. Contaminación y sustancias tóxicas
El PVE recoge la preocupación por la contaminación, en todas sus formas, y la aspiración de disponer de un entorno exento de sustancias tóxicas. Es vital conseguir restablecer las funciones naturales de las aguas tanto subterráneas como superficiales, evitando la contaminación por exceso de nutrientes y contaminantes como los microplásticos y las sustancias químicas. Respecto a la contaminación del aire, se propone revisar las normas sobre calidad para conseguir un aire más puro. Se revisarán, asimismo, las medidas de la UE para hacer frente a la contaminación producida por las grandes instalaciones industriales. Finalmente, el PVE expresa que se contará con una estrategia para abordar el problema de las sustancias químicas peligrosas presentes en los productos.
Conclusiones
Para la puesta en práctica de todas estas medidas y alcanzar los ambiciosos objetivos de la UE, el Pacto Verde Europeo afirma que se requiere disponer de una “inversión considerable”. La Comisión Europea ha estimado que, en principio, serán necesarios unos 260.000 millones de euros al año (aproximadamente el 1,5% del PIB de 2018) para alcanzar los objetivos actuales en materia de clima y energía para 2030. No obstante, dicha estimación no incluye otras inversiones necesarias en materia de adaptación al cambio climático y biodiversidad ni los costes sociales de la transición y los costes de la inacción.
A modo de conclusión la Comunicación de la Comisión Europea finaliza expresando que:
“El Pacto Verde Europeo da paso a una nueva estrategia de crecimiento para la UE. Sustenta la transición de la UE hacia una sociedad equitativa y próspera que responda a los desafíos del cambio climático y la degradación del medio ambiente, mejorando la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras”.
Siendo imprescindibles muchos de los objetivos y medidas planteados por el Pacto Verde Europeo, surgen, sin embargo, tras su lectura, al menos dos dudas sobre su exitosa consecución. La suficiencia de los recursos económicos estimados para hacer tal profunda transformación es la primera. Una segunda duda a despejar que se nos plantea es si el aclamado objetivo del crecimiento económico puede llegar a ser compatible con el desacoplamiento del uso de los recursos y la conservación de la biodiversidad. En otras palabras, si no habremos confundido una vez más crecimiento con desarrollo, si es sostenible seguir creciendo en un planeta con límites.
Para más información:
Comunicación de la Comisión Europea COM(2019) 640 final, de 11 de diciembre de 2019