
Son incuestionables los diversos impactos (o «externalidades negativas» que diría la economía neoclásica) que acarrea el uso del coche privado: contaminación atmosférica, calentamiento global del planeta, congestión, accidentes de tráfico, deterioro de la salud física y mental, contaminación acústica, dependencia de combustibles fósiles, extracción de materiales, ocupación de suelo, generación de residuos, etc., cuyos costes medioambientales y sociales no han sido aún valorados en su justa medida.
Para hacer frente a la insostenibilidad del transporte la Unión Europea aprobó en 2011 la Hoja de ruta hacia un espacio único europeo de transporte: por una política de transportes competitiva y sostenible, conocido como Libro Blanco del transporte.
Como expresa este documento estratégico, es clave afrontar la gran dependencia actual del petróleo y sus derivados en el sector del transporte y transitar hacia una economía descarbonizada. Se hace necesario fomentar la movilidad sostenible, como ir a pie o en bicicleta, además de dar un mayor impulso al transporte público no contaminante.
Asimismo, la estrategia del Libro Blanco establece entre sus objetivos que el uso de los automóviles de propulsión convencional en el transporte urbano habrá de verse reducido en un 50% en el año 2030, antes de su eliminación total en las ciudades en 2050.
Sin embargo, según los datos disponibles de Eurostat, el parque automovilístico no ha hecho más que crecer dentro de los límites físicos de los 4,2 millones de km2 de la UE-27.
Centrándonos en los coches de pasajeros, que son el tipo de vehículos de mayor uso, su número no ha abandonado la senda del continuo crecimiento. Si en 2012 existía un total de 219,5 millones de turismos, en 2023 el parque de estos vehículos ascendió a 256,5 millones, es decir, se ha producido un incremento acumulado del 16,9% en dicho periodo. En otras palabras: el parque de coches ha aumentado ininterrumpidamente cada año a un ritmo promedio del 1,4% desde 2012 en la Unión Europea.

Asimismo, hay que anotar que, paralelamente, no se ha llevado a cabo la deseada implantación de coches eléctricos que facilite la eliminación de los coches convencionales dependientes de los combustibles fósiles. En 2023 el parque de coches eléctricos se cuantifica en sólo 4,5 millones de unidades, es decir, apenas el 1,7% del parque total de turismos de la UE-27.
La presión que genera el crecimiento del parque automovilístico es palpable tanto en términos demográficos como territoriales.
En el primer caso, se constata que durante el último decenio el crecimiento del parque de coches de pasajeros ha sido superior al experimentado por la población en el seno de la Unión. Como se observa en el siguiente gráfico, si tomamos como base de referencia el año 2012, el parque de turismos presenta en el año 2023 un valor índice de 116,9, que supera el 101,9 registrado por la población.

Si empleamos la ratio de número de coches de pasajeros por 1.000 habitantes, se concluye que su tendencia ascendente ha sido imparable hasta la actualidad. Para el conjunto de la UE dicho indicador ha aumentado desde los 490 coches por 1.000 habitantes en 2012 hasta los 571 en 2023.

En el segundo caso, una primera evaluación de la presión del parque de coches sobre el territorio de la UE nos arroja que el número de coches por km2 se ha incrementado de 52 a 61 entre 2012 y 2023.

Descendiendo a un análisis por países, en el año 2023 los países de la UE con mayor número de coches de pasajeros son Alemania (49,1 millones), Italia (40,9 mill.), Francia (39,5 mill.), España (26,8 mill.) y Polonia (22,0 mill.) Estos cinco países concentran, por tanto, el 70% del total de coches de la UE.
Desde una perspectiva temporal, durante el periodo 2012-2023 en todos los países de la UE se ha incrementado el parque automovilístico de turismos, a excepción de Lituania, donde se ha reducido un 6,0%.
En términos relativos, la ratio de número de coches de pasajeros por 1.000 habitantes revela diferencias entre países. Los mayores valores se alcanzan en Italia (694), Luxemburgo (675), Chipre (665), Finlandia (664) y Estonia (630), que superan holgadamente la media de la UE (571). Por el contrario, los menores parques de coches de pasajeros por 1.000 habitantes se registran en Letonia (418), Rumanía (425), Hungría (435), Irlanda (453) y Bulgaria (466).

Para más información:
Comisión Europea: Libro Blanco del transporte, 2011










