
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, puesta en marcha por Naciones Unidas en 2015, establece compromisos concretos para un conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que abarcan la triple dimensión social, económica y medioambiental. Uno de esos objetivos es el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres), que queda definido en los siguientes términos:
«Proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar los bosques de forma sostenible, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de diversidad biológica».
Este objetivo compromete a los países del planeta a adoptar medidas como las siguientes para:
- Velar por la conservación de los bosques, humedales y ecosistemas montañosos.
- Promover la gestión sostenible de todos los tipos de bosques y poner fin a la deforestación.
- Luchar contra la desertificación y rehabilitar las tierras y los suelos degradados.
- Proteger las especies amenazadas y evitar su extinción.
- Poner fin a la caza furtiva y el tráfico de especies protegidas de flora y fauna.
- Prevenir la introducción de especies exóticas invasoras.
- Integrar los valores de los ecosistemas y la diversidad biológica en la planificación nacional y local, los procesos de desarrollo, las estrategias de reducción de la pobreza y la contabilidad.
Para evaluar los progresos que van alcanzando los países respecto a los 17 ODS, disponemos de la amplia batería de indicadores empleados en el informe elaborado por SDSN y Bertelsmann Stiftung: SDG Index and Dashboards Report 2018. Los resultados obtenidos en su edición de 2018 nos aproximan a conocer cuál es la situación de los ecosistemas terrestres del planeta, país por país, y en qué grado se van alcanzando las metas establecidas en la Agenda 2030.
Para dicha evaluación se utiliza una metodología de índices sintéticos, cuyos valores pueden oscilar entre 0, cuando el país se encuentra en la peor situación, y 100, cuando, por el contrario, el país se encuentra en la mejor posición respecto al cumplimiento de los ODS.
Así, respecto al ODS15 (Vida de ecosistemas terrestres) los resultados obtenidos concluyen que de los 156 países para los que se dispone de datos, los mejor situados en el cumplimiento de dicho objetivo son Bulgaria (90,7), República del Congo (90,4), República Centroafricana (89,3) y Gabón (85,2). Los cuatro están en condiciones de cumplir completamente con el ODS15 en 2030. Les siguen, a continuación, cinco países del continente europeo: República Checa (83,8), Polonia (83,8), Rumanía (80,6), Italia (80,5) y Eslovenia (79,8), que han de afrontar algunos retos si quieren cumplir con la Agenda 2030 en este objetivo.
Por el contrario, la situación relativa más desfavorable respecto al estado de los ecosistemas terrestres la presenta Mauricio (25,7), seguido de Montenegro (27,6) y Uruguay (31,7).
A continuación se sitúan dos países que disfrutan de unas altas rentas per cápita y grandes valores naturales, pero que, sin embargo, presentan un estado de sus ecosistemas terrestres claramente insuficiente. Son Islandia (33,4) y Nueva Zelanda (34,2).
En el caso de Islandia, ha de afrontar una mayor protección de sus ecosistemas terrestres y de agua dulce importantes para la biodiversidad y también combatir las amenazas a la biodiversidad que les llegan del exterior. Nueva Zelanda, por su parte, principalmente ha de mejorar, y en gran medida, su índice de Lista Roja de supervivencia de especies, así como aumentar la protección de sus ecosistemas de agua dulce importantes para la biodiversidad. Ambos países, necesitan, por tanto, realizar mayores esfuerzos si pretenden cumplir el ODS15 de la Agenda 2030.
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