Ante los síntomas de la crisis general del sistema económico capitalista (desempleo, desigualdad, hambrunas, cambio climático, crisis democrática y de valores…), en octubre de 2010 nace una alternativa: el modelo de economía del bien común, que es presentado por el economista austriaco Christian Felber. Esta alternativa al capitalismo de mercado y a la economía planificada se sustenta en las tres ideas centrales siguientes:
1. Quiere resolver la contradicción de valores entre economía y sociedad, incentivando y premiando en la primera los mismos comportamientos y valores que tienen éxito en las relaciones humanas: honestidad, empatía, confianza, estima, cooperación, compromiso con la naturaleza, solidaridad, voluntad de compartir.
2. El objetivo que nuestras constituciones prevén para la economía -el bien común- debe implantarse en el orden económico legal de forma consecuente. De la misma manera, el dinero, el capital y el beneficio financiero deben ocupar su lugar de meros medios económicos para conseguir el fin. Entonces, el orden económico cumplirá el espíritu de las constituciones.
3. El éxito económico deja de medirse por recursos para medirse por objetivos. Con vistas a poner este reajuste de «fines y medios» en práctica, la economía del bien común está desarrollando el «Producto del Bien Común», para medir el éxito de una economía nacional; el «Balance del Bien Común», para medir el éxito de una empresa, y el «Examen del Bien Común», para saber si una inversión concreta contribuye al fin de la economía o la contradice. En la economía del bien común, todo el sistema de incentivos inherente a una economía de mercado debe alinearse con estos resultados y rendimientos éticos en lugar de con los resultados monetarios, según el lema: «Con ética al éxito».
Para leer más:
Christian Felber: La economía del bien común. Ediciones Deusto, Barcelona, 2015.