
Uno de los principales frentes de las políticas medioambientales es la gestión de los residuos producidos por la actividad humana.
Para alcanzar una buena gestión de residuos se ha de tener presente la aplicación del conocido principio de las 3R que prioriza la reducción a la reutilización y el reciclaje.
No siempre es posible evitar la generación de los residuos procedentes de nuestras actividades de producción y consumo, ni tampoco promover su reutilización directa. En estos casos, la respuesta de gestión ha de centrarse en promover el reciclaje de los residuos, antes que destinarlos a la incineración o depositarlos en vertederos.
En el marco de la Unión Europea, durante los últimos años la política medioambiental enfocada en la maximización del reciclaje ha perseguido su consolidación. Ello conlleva fomentar, entre otros objetivos cuantificables, que todos los países de la Unión alcancen altas tasas de reciclaje de residuos municipales.
Dicho indicador queda definido, según Eurostat, como el porcentaje de residuos municipales generados por los hogares y por fuentes de residuos similares (comercio, oficinas e instituciones públicas) sobre el total de residuos generados. El reciclaje de este tipo de residuos comprende el reciclaje de materiales, el compostaje y la digestión anaeróbica.
Para evaluar los resultados obtenidos por la política comunitaria de reciclaje, se dispone de la estadística que anualmente publica Eurostat en el ámbito de los residuos. Así, de acuerdo con el organismo europeo, durante el periodo 2000-2022, la tasa de reciclaje de residuos municipales de la UE-27 ha mostrado de forma continuada una senda, en general, ascendente.
En el año 2000 se reciclaba el 27,3% de los residuos municipales generados en el conjunto de la Unión. Más de dos décadas después, en el año 2022 dicha tasa de reciclaje asciende a 48,6%, como se observa en el siguiente gráfico.

Nótese, no obstante, que en el último año 2022 la tasa de reciclaje ha retrocedido (-1,2 puntos porcentuales) respecto al año anterior, contrastando con el aumento registrado en 2021 (+1,1 puntos porcentuales). En todo caso, hay que advertir de que estos últimos resultados son datos estimativos y aún no definitivos.
Siendo notable el progreso alcanzado en materia de reciclaje, los resultados obtenidos hasta la fecha no son del todo satisfactorios dados los más que probables incumplimientos de las metas fijadas. La Directiva Marco de Residuos de la Unión Europea establece expresamente como objetivos a alcanzar por todos los Estados miembros tasas de reciclaje de residuos municipales del 50% para 2020 y del 55% para 2025.
En un análisis por países se detectan diferencias muy marcadas de la tasa de reciclaje en el seno de la Unión.
De los 27 Estados de la UE, nueve superaron en 2022 la tasa media comunitaria (48,6%). La tasa de reciclaje más elevada la sigue ostentando, como en años anteriores, Alemania (69,1%). A continuación se encuentran Eslovenia (62,6%), Austria (62,5%), Países Bajos (57,5%), Luxemburgo (54,6%), Bélgica (52,7%), Dinamarca (52,3%), Italia (51,9%) y Eslovaquia (49,5%).
Por el contrario, los países europeos que presentan en 2022 las tasas de reciclaje más bajas son Rumanía (12,1%), Malta (12,2%), Chipre (14,8%) y Grecia (17,5%).

Hay que significar, asimismo, los notables progresos que han logrado algunos países europeos durante los últimos años. En el transcurso del periodo 2000-2022 cabe destacar los mayores avances relativos alcanzados por países como Eslovenia, cuya tasa de reciclaje de residuos municipales ha aumentado desde el 6,0% en 2000 hasta el 62,6% en 2022 (la segunda más alta de la UE-27), y Lituania (desde el 0,0% al 48,4%). En el otro extremo, Austria ha visto retroceder en 0,9 puntos su tasa de reciclaje respecto al año 2000, si bien sigue ostentando una de las tasas más altas.
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