Las lluvias de abril, en el verso de Antonio Machado

Moya, Charco S. Lorenzo, venta y pretemporal_2014.11.27

La evidencia científica nos confirma que la vida en el planeta Tierra sigue experimentando el cambio climático del que hace varias décadas se nos alertaba. Las estaciones ya no son como tradicionalmente las conocíamos y los fenómenos meteorológicos extremos (sequías, lluvias torrenciales…) se han vuelto cada vez más frecuentes.

En España la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) nos informa de que abril de 2023 fue el mes de abril más cálido y con menos precipitaciones desde que existen registros (año 1961). De este modo la nueva realidad parece contradecir el refranero popular que nos enseñaba que la naturaleza se encarga de dejarnos unas previsibles lluvias hacia el cuarto mes de cada año.

También el escritor Antonio Machado (1875-1939) dedicó a las lluvias de abril la maestría de su pluma. Recordamos aquí el poema “En abril, las aguas mil”, incluido en su obra Campos de Castilla (1907-1917), como un fiel y bello testimonio de aquellos tiempos donde la naturaleza era otra.

   Son de abril las aguas mil.
Sopla el viento achubascado,
y entre nublado y nublado
hay trozos de cielo añil.
   Agua y sol. El iris brilla.
En una nube lejana,
zigzaguea
una centella amarilla.
   La lluvia da en la ventana
y el cristal repiquetea.
   A través de la neblina
que forma la lluvia fina,
se divisa un prado verde,
y un encinar se esfumina,
y una sierra gris se pierde.
   Los hilos del aguacero
sesgan las nacientes frondas,
y agitan las turbias ondas
en el remanso del Duero.
   Lloviendo está en los habares
y en las pardas sementeras;
hay sol en los encinares,
charcos por las carreteras.
   Lluvia y sol. Ya se oscurece
el campo, ya se ilumina;
allí un cerro desaparece,
allá surge una colina.
   Ya son claros, ya sombríos
los dispersos caseríos,
los lejanos torreones.
   Hacia la sierra plomiza
van rodando en pelotones
nubes de guata y ceniza.

Para leer más:

Antonio Machado: Poesías completas. Editorial Espasa Calpe, Madrid, 1998.

La sierra de Guadarrama, en el verso de Antonio Machado

Ruta Puerto de Cotos_Laguna Grande de Peñalara

El escritor Antonio Machado (1875-1939) nos legó una extensa obra poética de singular calidad.  Como dejó escrito, empleó muchas horas de su vida para elaborar rimas que son producto de sus meditaciones sobre «los enigmas del hombre y del mundo». También nos confiesa su profundo amor a la Naturaleza: «en mí supera infinitamente al del Arte».

La maestría literaria de Antonio Machado queda plasmada en múltiples poemas en los que apreciamos la gran admiración que tenía por la belleza natural, como es el caso, por ejemplo, de Campos de Castilla (1907-1917). De esta obra destacamos aquí un pequeño poema que dedicó a la Sierra de Guadarrama. Este espacio natural protegido español, que Machado visitaba en su época de estudiante, fue declarado Parque Nacional en 2013.

   ¿Eres tú, Guadarrama, viejo amigo,
la sierra gris y blanca,
la sierra de mis tardes madrileñas
que yo veía en el azul pintada?
   Por tus barrancos hondos
y por tus cumbres agrias,
mil Guadarramas y mil soles vienen,
cabalgando conmigo, a tus entrañas.

Para leer más:

Antonio Machado: Poesías completas. Editorial Espasa Calpe, Madrid, 1998.