
Desde hace décadas, son conocidas las limitaciones del indicador del Producto Interior Bruto per cápita para evaluar el desarrollo de los países y los territorios, y para conocer realmente las condiciones de vida de sus habitantes.
Como enfoque alternativo a dicha variable productivista tradicional, aún hegemónica en los distintos foros sociales (político, académico, mediático…), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) viene calculando desde 1990 el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de prácticamente todos los países de mundo. Siendo un indicador sintético elaborado a partir de unas pocas variables, este enfoque del desarrollo humano constituye un importante avance que se ha ido consolidando a lo largo de los años.
Desde esta aproximación el nivel de desarrollo de un país o región está condicionado no sólo por los ingresos de sus habitantes sino también por ámbitos tan importantes para el ser humano como la salud y la educación.
En esencia, el desarrollo humano lo conforman tres dimensiones básicas que son susceptibles de ser evaluadas a través de cuatro indicadores que han sido rigurosamente definidos y seleccionados:
- Salud. Se toma como indicador para su evaluación la Esperanza de vida al nacer.
- Educación. Se evalúa a través de dos indicadores: Años de escolaridad esperados y Promedio de años de educación recibidos.
- Nivel de vida. Para evaluar los progresos respecto a un nivel de vida decente se emplea como indicador la Renta Nacional Bruta per cápita (2021 PPP $).
A partir de estos indicadores se calculan los tres índices normalizados que corresponden a las dimensiones de salud, educación y nivel de vida, con los que, posteriormente, aplicando la media geométrica, se construye el IDH.
Con la publicación de carácter anual del Informe sobre Desarrollo Humano, que elabora PNUD, disponemos de los resultados del IDH a nivel global y por países desde el año 1990 hasta hoy. La última edición de dicho Informe es la correspondiente a 2025 que recoge los resultados del IDH relativos al año 2023, permitiéndonos conocer el nivel de desarrollo humano de un total de 193 países del planeta.
Por lo tanto, desde una perspectiva temporal, con los datos publicados hasta la fecha podemos analizar cómo ha evolucionado el índice de desarrollo humano a nivel global durante el periodo comprendido entre los años 1990 y 2023.
Los resultados obtenidos concluyen que el IDH del mundo ha seguido una trayectoria ascendente, pasando de un valor de 0,608 en 1990 a otro de 0,756 en 2023.
Como se aprecia en el siguiente gráfico, los años de 2020 y 2021 han estado marcados por importantes retrocesos en el desarrollo humano como consecuencia de la irrupción de la pandemia de COVID-19 que ha causado enormes estragos en las vidas y los medios de subsistencia en todo el mundo. Ya en el año 2022 el IDH dibuja una senda de recuperación, que prosigue en el año 2023, llegando a mejorar el valor registrado en 2019, previo a la crisis sanitaria.
No obstante, como expone el Informe 2025, a pesar de que el IDH global ha tomado un valor históricamente alto, los impactos causados por la crisis sanitaria durante el periodo 2020-2021 han dejado importantes huellas que aún no se han desvanecido, ya que se constata que la recuperación posterior está perdiendo impulso. Un análisis en términos de tendencia nos revela que el IDH presenta un crecimiento promedio anual durante el periodo 2010-2023 significativamente inferior al de 1990-2010.
Además, como recoge el Informe, las desigualdades entre los países ricos y pobres siguen aumentado. Por cuarto año consecutivo, se aprecia una ampliación de la desigualdad entre los países con un IDH bajo y los de IDH muy alto.
En un análisis más detallado por países, dentro del grupo de los que presentan un índice de desarrollo humano muy alto se encuentra, en primer lugar, Islandia, con una puntuación de 0,972. Se trata de un país que, a pesar de no ser el de mayor renta per cápita del mundo, ya que toma la posición decimotercera en la dimensión de nivel de vida, logra alcanzar, dados los buenos resultados en salud y educación, el primer puesto en desarrollo humano.
Tras Islandia, le siguen, con mayores puntuaciones del IDH, Noruega, Suiza, Dinamarca, Alemania, Suecia, Australia, Hong Kong (China SAR), Países Bajos, Bélgica, Irlanda, Finlandia, Singapur y Reino Unido, todos ellos con un valor del IDH superior a 0,940. Cierra el grupo de los 35 países con mayor IDH Polonia (con 0,906), cuya posición en nivel de desarrollo humano (35) es ligeramente mejor a la que toma en renta per cápita (40).

Sigue siendo destacable que países como Catar, con el cuarto mayor nivel de renta per cápita del mundo, tras Liechtenstein, Noruega y Singapur, ocupa la posición 43 en el índice de desarrollo humano. Asimismo, en el caso de Brunéi, que ostenta la posición novena de mayor renta per cápita mundial, su índice de desarrollo humano queda relegado hasta la posición 60, dada su peor situación relativa en los ámbitos de educación y salud.
En el otro extremo del mundo, se encuentra Sudán del Sur, que toma el menor nivel de desarrollo humano, con un valor del IDH (0,388), que es 2,5 veces inferior al de Islandia (0,972). La posición de Sudán del Sur en desarrollo humano (193) coincide con la que ocupa en la dimensión de nivel de vida o renta per cápita, tomando también posiciones muy bajas en esperanza de vida y en los dos indicadores de educación.
Le siguen, dentro del grupo de países con menor IDH, Somalia, República Centroafricana, Chad, Níger, Malí, Burundi, Burkina Faso, Sierra Leona, Yemen y Madagascar, todos ellos con un valor del IDH inferior a 0,490. Los demás países que completan el grupo de los 35 con menor IDH se encuentran mayoritariamente también en el continente africano y registran igualmente valores muy bajos en renta per cápita, esperanza de vida y educación.
Para más información:
UNDP: Human Development Report 2025.