La célebre obra Fausto, de Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), está plena de imágenes poéticas que invitan a ver, sentir y pensar. Las invocaciones a la belleza de la naturaleza también están presentes en escenas como la siguiente:
El protagonista, Fausto, ante la puerta de la ciudad, acompañado de su ayudante Wagner, hace un canto a la naturaleza y al comienzo de la primavera.
“El río y los arroyos se han liberado del hielo por la suave y vivificadora mirada de la primavera, en el valle verdea la dicha de la esperanza; el viejo invierno, en su debilidad, se retira a las ásperas montañas. Desde allí, volando, envía solamente impotente descarga de hielo en granos a trecho sobre la llanura verdeante; pero el sol no tolera nada blanco: por todas partes bulle el crecimiento y el esfuerzo, todo se quiere animar con colores; pero le faltan flores en este territorio, y en su lugar toma gente vestida de fiesta”.
Para leer más:
Johann Wolfgang von Goethe (1832): Fausto.