Para garantizar la calidad y perdurabilidad de los ecosistemas y las especies se requieren políticas de prevención y cambios profundos en los modos de producción, consumo y distribución. Con el tiempo la protección del medio ambiente se ha convertido en una preocupación creciente de la sociedad.
La puesta en práctica de todas aquellas medidas que permitan preservar la calidad de nuestro medio ambiente implica necesariamente responder con medios económicos. Cabe preguntarse, por tanto, cuánto se gastan los países en la protección medioambiental a través de sus empresas, Administraciones Públicas y hogares, lo que permitirá aproximarnos a conocer en qué grado están comprometidos en proteger el medio ambiente.
En España, de acuerdo con los últimos datos avance del año 2020, publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el gasto total en protección medioambiental asciende a 19.160 millones de euros. Este gasto ha sido sufragado, con diferente proporción, por los siguientes sectores institucionales: el 48,0% por las Sociedades, el 35,5% por las Administraciones Públicas (e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares) y el 16,4% restante por los Hogares.
En dicho año 2020 el gasto en protección medioambiental se destinó a cinco grandes ámbitos de protección. En primer lugar, el 63,8% del gasto se concentró para financiar la gestión de residuos. Seguidamente, y a distancia, la gestión de aguas residuales recibió el 18,2% del gasto medioambiental.
Por lo tanto, en España más de ocho de cada diez euros del gasto destinado a la protección del medio ambiente se dedican a financiar la gestión de los residuos y las aguas residuales que generan las actividades de empresas, hogares y Administraciones Públicas. El 18,0% restante del gasto en protección medioambiental fue para un conjunto variado de ámbitos.
Como puede observarse en el siguiente Cuadro, el ámbito de protección del aire y del clima, protección y descontaminación de suelos, disminución de ruidos, etc. recibe el 7,3% del gasto medioambiental, y la I+D sobre medio ambiente se financia con el 6,2%.
En último lugar se sitúa el gasto en protección de la biodiversidad y el paisaje, que se cuantifica en 861 millones, esto es, el 4,5% del gasto medioambiental total.
Desde una perspectiva temporal, durante el periodo 2010-2020, según los datos disponibles del INE, se constata que en España el gasto en protección medioambiental ha pasado de 18.639 a 19.160 millones de euros. Es decir, en una década el gasto dedicado a la protección medioambiental en este país ha aumentado solo un 2,8%.
La irrupción de la crisis económica en 2008, que devino en Gran Recesión en los años posteriores, ha repercutido de forma palpable sobre las políticas medioambientales, al ver mermados sus recursos de financiación. El gasto medioambiental en España tocó fondo en el año 2014, cuando se cifró en 16.281 millones de euros, es decir, un 12,6% menos que en 2010. A partir de 2015 el gasto sigue una senda de recuperación hasta 2019, cuando se consolida un nivel en euros que supera el anotado en el año 2010. Finalmente, en 2020 el inicio de la pandemia del COVID-19, que ha traído graves impactos sanitarios y socioeconómicos en todos los países, ha derivado también en un descenso del gasto destinado a la protección medioambiental, que en el caso de la economía española ha supuesto una reducción del 3,7% respecto a 2019.
Para el conjunto del periodo 2010-2020, el gasto en protección medioambiental, si bien se ha recuperado respecto al año 2010 en niveles (euros corrientes, sin descontar la inflación), no ha sido así en términos relativos, esto es, en comparación con la evolución de la economía.
Así, el porcentaje de gasto medioambiental sobre el Producto Interior Bruto (PIB) a precios de mercado, se observa que se ha reducido desde el 1,74% de 2010 hasta el 1,71% de 2020. Es decir, la producción de bienes y servicios de la economía española se ha incrementado en mayor medida (o se ha reducido en menor medida, en los años de recesión) que lo ha hecho el gasto destinado a proteger el medio ambiente de los efectos nocivos de las actividades económicas.
La evolución que toma dicha ratio apunta que la importancia otorgada a las políticas medioambientales vía gasto ha presentado dos etapas diferenciadas. En un primer periodo 2010-2016, los gastos medioambientales han perdido presencia de forma continuada año tras año en relación con la evolución de la actividad económica. A esta etapa le sigue un periodo 2017-2020 bien diferente, donde el porcentaje de gastos medioambientales sobre el PIB se ha ido recuperando. Así todo, no se ha alcanzado aún el registro de 2010, a pesar de que persisten los acuciantes problemas medioambientales que preocupan a la sociedad y ponen en riesgo la perdurabilidad de los ecosistemas y especies de la geografía española.
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