
A la luz de sus diversos testimonios, sabemos que Tenzin Gyatso, el líder tibetano más conocido como Dalai Lama, se ha mostrado preocupado por cuestiones que van más allá de las estrictamente espirituales o morales.
Ante el inquietante devenir ecológico de nuestro planeta, el cuidado de la naturaleza se vuelve más que nunca en una tarea apremiante. Así nos lo razona en pocas palabras el Dalai Lama en uno de sus libros autobiográficos:
“Como seres humanos, nuestra vida proviene de la naturaleza y es insensato perjudicarla. Por eso digo que el medio ambiente no es una cuestión de religión, ética o moralidad, que representan un lujo porque podemos prescindir de ellas para sobrevivir. Sin embargo, no sobreviviremos si seguimos yendo en contra de la naturaleza.
Debemos aceptar esta realidad. Si desequilibramos la naturaleza, la humanidad sufrirá por ello. Además, quienes vivimos ahora, hemos de tener en consideración a quienes vivirán el día de mañana”.
Para ese cuidado necesario de la naturaleza, el Dalai Lama nos recuerda que no debemos olvidar las buenas experiencias del pasado, en concreto, nos invita a aprender de las sociedades ancestrales que vivían una comunión más estrecha con su entorno natural:
“Las culturas ancestrales que se han adaptado a la naturaleza son un ejemplo de cómo estructurar el equilibrio entre una sociedad y su entorno medioambiental”.
Para leer más:
Dalai Lama: Mi biografía espiritual. Editorial Planeta, Barcelona, 2010.