El estado del medio ambiente en Europa (2025)

La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) publica cada cinco años un informe crucial para conocer el estado de situación en que encuentra el medio ambiente de Europa. Su gran aportación radica en que se fundamenta en la más reciente evidencia científica disponible, respaldada por una amplia batería de datos que proceden de un total de 38 países europeos y han sido adecuadamente validados.

El último informe de AEMA, Europe’s environment 2025. Europe’s environment and climate: knowledge for resilience, prosperity and sustainability, nos pone de relieve los principales problemas y retos medioambientales a los que se enfrenta hoy Europa. Destacamos, a continuación, algunas de sus conclusiones más importantes:

1. La biodiversidad continúa reduciéndose en los ecosistemas (terrestres, de agua dulce y marinos) del continente europeo. Las causas de este deterioro natural se encuentran en la persistente presión que provocan los insostenibles modos de producción y consumo, en especial el sistema alimentario, de la sociedad moderna. Se identifican fuertes presiones por los cambios de uso del suelo y el mar, la sobreexplotación de recursos naturales, la contaminación, la introducción de especies invasoras, así como el aumento de los impactos severos del cambio climático. En cifras, más del 80% de los hábitats protegidos se encuentran en un estado pobre o malo, con el 60-70% del suelo considerado degradado.

2. La degradación de los ecosistemas naturales hacen peligrar el modo de vida europeo. Sin unos ecosistemas saludables se corre el riesgo de perder seguridad alimentaria e hídrica y de no contar con materias primas, agua y energía para los sistemas de producción y consumo que nos proporcionan alimentos, movilidad, vivienda, energía y bienes. Además, la degradación de la naturaleza y el cambio climático también son una amenaza para la estabilidad financiera, ya que casi el 75% de la actividad empresarial depende de servicios ecosistémicos.

3. Los recursos hídricos se encuentran bajo una presión severa, siendo la agricultura, con el uso de fertilizantes y pesticidas, un destacado responsable de la degradación de la calidad del agua y de la pérdida de vida acuática. En cifras, el estrés hídrico afecta actualmente al 30% del territorio de Europa y al 34% de su población. Sólo el 37% de las masas de agua superficiales de Europa tenía un buen estado ecológico en 2021.

4. En el ámbito de la mitigación del cambio climático la Unión Europea ha realizado progresos reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 37% desde el 1990, principalmente al decrecer el uso de los combustibles fósiles y duplicar la penetración de las energías renovables desde 2005. De cara al futuro, estos esfuerzos deben consolidarse para llegar a reducir las emisiones de GEI en un 55% en el año 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050.

5. Se hace necesario revertir la tendencia descendente que están registrando los sumideros de CO2 (como los bosques), afectados por diversos impactos naturales, en muchos casos provocados por el cambio climático, como incendios forestales, sequías y plagas.

6. En sistema energético, a pesar de los avances registrados en reducción de consumo de combustibles fósiles, aumento de la implantación de las energías renovables y mayor eficiencia energética, se hace necesario profundizar en su transformación. Los combustibles fósiles siguen siendo la fuente energética hegemónica de la UE, representando casi el 70% del consumo bruto de energía disponible en 2023.

7. Se han registrado avances en el sistema industrial de la UE, donde las emisiones de GEI han descendido más del 35% entre 2005 y 2023. Sin embargo, este sector económico sigue siendo el principal causante de contaminación atmosférica, con cuantiosos impactos sobre la salud humana. Se hace necesario profundizar en su descarbonización.

8. En el medio ambiente construido, las emisiones de GEI procedentes del sector residencial se han reducido también más del 35% entre 2005 y 2023, gracias a medidas que han propiciado la eficiencia energética y la descarbonización de los sectores de electricidad y calefacción, entre otras.

9. El sistema de movilidad en Europa presenta importantes retos. Está dominado por el transporte de vehículos, en su mayoría por turismos de pasajeros, que sigue siendo muy dependiente de los combustibles fósiles. Sus emisiones de GEI han descendido sólo un 6% entre 2005 y 2023.

10. El sector agrícola, principal responsable del descenso de los polinizadores y de la degradación del suelo, ha reducido sus emisiones de GEI sólo un 7% entre 2003 y 2023. Al mismo tiempo existe la necesidad urgente de adaptar el sector agrícola a los episodios de clima extremo para garantizar a largo plazo el sistema alimentario de la UE.

11. Europa es el continente del planeta que más rápidamente está experimentando el calentamiento global. Su clima está cambiando a un ritmo alarmante, amenazando la seguridad, la salud pública, los ecosistemas, las infraestructuras y la economía. Se estima que en el año 2022 más de 70.000 personas murieron a consecuencia del calor en Europa.

12. Se vuelve urgente la necesidad de tomar medidas para adaptar la sociedad –en especial los grupos más vulnerables y expuestos- y la economía a la nueva situación de mayor riesgo de impactos del cambio climático.

13. En el ámbito de la contaminación se han producido importantes avances en Europa. Las políticas de la UE para reducir la contaminación del aire, para garantizar el abastecimiento de agua y la depuración de aguas residuales han permitido importantes beneficios para la salud de la población. Sin embargo, la contaminación sigue reduciendo la calidad de vida en Europa de forma significativa. Cada año la contaminación del aire conlleva al menos 239.000 muertes prematuras y la contaminación acústica, unas 66.000.

14. En cuanto al consumo de recursos naturales, se constata que la tasa de circularidad se ha incrementado apenas del 10,7% en 2010 al 11,8% en 2023. En Europa el consumo de materiales es insostenible y mucho más alto, en términos per cápita, que en la mayoría de regiones del mundo.

15. Se necesitan urgentemente cambios transformadores de los sistemas de producción y consumo si queremos mantener la prosperidad y los niveles de vida en Europa a largo plazo. Se requieren políticas coordinadas y acciones desde los múltiples niveles de gobernanza, donde las autoridades regionales y locales juegan un papel clave.

16. Es importante avanzar en la restauración de hábitats, lo que generará, con el tiempo, resiliencia en los sistemas naturales y facilitará tanto la adaptación como la mitigación del cambio climático. La UE se ha impuesto el compromiso de restaurar al menos el 20% de áreas terrestres y marítimas antes de 2030.

17. Los retos de sostenibilidad de Europa siguen siendo complejos y sistémicos. A pesar de los avances alcanzados, las perspectivas para la mayoría de las tendencias medioambientales son preocupantes y plasman riesgos importantes para la prosperidad económica, la seguridad y la calidad de vida de los ciudadanos europeos. Esto nos exige repensar la forma en que se gestiona la relación entre nuestra economía y el medio ambiente natural (suelo, agua, recursos naturales) ante intereses en pugna.

Para más información:

EEA: Europe’s environment 2025. Europe’s environment and climate: knowledge for resilience, prosperity and sustainability.

La sostenibilidad y el Código Ético Mundial para el Turismo

Hace más de un cuarto de siglo, en el año 1999, la Organización Mundial del Turismo (OMT) adoptó mediante resolución el Código Ético Mundial para el Turismo, que, dos años después, fue refrendado por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Se trata de un documento de diez artículos en el que se plasma el gran potencial de las actividades turísticas para contribuir a la prosperidad de los países, si bien procurando al mismo tiempo el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales, así como la protección del medio ambiente.

El turismo aporta beneficios de distinta naturaleza a los países y regiones. A través de sus diferentes modalidades (ocio, negocio, cultural, de salud…) permite la creación de actividad económica y oportunidades de empleo para la población. También puede llegar a constituir una fuerza viva al servicio de la paz y una fuente de amistad y comprensión entre los pueblos. Además, en lo particular, el turismo se convierte en un instrumento de desarrollo personal y un factor valioso de autoeducación.

Sin embargo, también el Código Ético Mundial para el Turismo advierte a todos los agentes implicados en este sector de la necesidad de promover un turismo que sea responsable y sostenible.

Respecto al patrimonio cultural, el Código establece principios básicos que siguen estando de plena actualidad. Nos propone que “las actividades turísticas se organizarán en armonía con las peculiaridades y tradiciones de las regiones y países receptores” y que han de llevarse a cabo con respeto al patrimonio artístico, arqueológico y cultural. Además, el turismo ha de permitir “la supervivencia y el florecimiento de la producción cultural y artesanal tradicional, así como del folklore, y que no conduzca a su estandarización y empobrecimiento”.

Por lo que se refiere a la distribución de sus beneficios, el Código también incide en que las actividades turísticas han de permitir que las poblaciones locales tengan “una participación equitativa en los beneficios, económicos, sociales y culturales, especialmente en la creación directa e indirecta de empleo a que den lugar”. Asimismo, establece que las empresas multinacionales del sector turístico “no abusarán de la posición dominante que puedan ocupar” y “habrán de comprometerse con el desarrollo local”.

En el ámbito de la sostenibilidad ambiental, el Código Ético Mundial para el Turismo expone diversos principios que han de tener presentes los actores del sector turístico, que vienen recogidos, principalmente, en su artículo 3 (El turismo, factor de desarrollo sostenible). A continuación destacamos las principales orientaciones para la sostenibilidad medioambiental del turismo contenidas en él, que son en la actualidad incluso más necesarias, si cabe, que hace 25 años:

  • Preservar el medio ambiente y los recursos naturales, de tal modo que se pueda satisfacer equitativamente las necesidades de las generaciones presentes y futuras.
  • Fomentar el desarrollo turístico que permita ahorrar recursos naturales escasos y valiosos, en particular el agua y la energía, así como evitar en lo posible la generación de residuos.
  • Reducir la presión en el medio ambiente a través de la distribución en el tiempo y el espacio de los movimientos turísticos.
  • La programación de infraestructuras y actividades turísticas han de permitir la protección del patrimonio natural que conforman los ecosistemas y la diversidad biológica de fauna y flora silvestre, en especial las especies en peligro de extinción.
  • Las limitaciones a las actividades turísticas son una herramienta adecuada para preservar aquellos espacios naturales que son vulnerables.
  • El turismo de naturaleza y el ecoturismo son actividades enriquecedoras siempre que respeten el patrimonio natural y la población local.

En suma se trata de un conjunto de principios básicos, de mínimos, para orientar las políticas y actividades turísticas hacia la sostenibilidad. En el contexto en que se aprobó este Código, prevalece -y todavía hoy a pesar de las evidencias analizadas por la comunidad científica- la visión implícita de que vivimos en un planeta que carece de límites y es inagotable en recursos y como sumidero de contaminación y residuos, de modo que se postula que para lograr la prosperidad de los países y regiones es imprescindible que el crecimiento económico continúe de forma indefinida. Así, este artículo 3 del Código comulga con el paradigma del crecimiento económico constante, haciendo realmente comprometida la meta de alcanzar la verdadera sostenibilidad del turismo, cuando afirma “Todos los agentes del desarrollo turístico tienen el deber de salvaguardar el medio ambiente y los recursos naturales, en la perspectiva de un crecimiento económico saneado, constante y sostenible…”

Finalmente, en los artículos 1 y 5, el Código recoge las siguientes orientaciones adicionales para la sostenibilidad del turismo:

  • Los turistas y visitantes se abstendrán del tráfico de especies protegidas (artículo 1).
  • Se prestará particular atención a los problemas específicos de las zonas litorales, los territorios insulares y las frágiles zonas rurales y de montaña (artículo 5).
  • Los profesionales e inversores turísticos deben elaborar estudios de impacto de sus proyectos de desarrollo en el entorno y en los medios naturales, favoreciendo el diálogo sobre su contenido con las poblaciones interesadas (artículo 5).

Para más información:

Código Ético Mundial para el Turismo

La evolución del consumo de agua en la UE (2000-2022)

Uno de los mayores retos medioambientales a los que se enfrenta la humanidad es la disponibilidad de un recurso vital: el agua. En el actual contexto de intensificación de la crisis climática y de pérdida de biodiversidad, las amenazas sobre los recursos hídricos disponibles se vuelven más evidentes.

Cobran, por tanto, especial importancia los estudios periódicos que informen no sólo de con qué recursos hídricos contamos, sino también cómo estamos consumiéndolos si queremos realmente garantizar un abastecimiento a largo plazo en condiciones de sostenibilidad.

En el contexto europeo, la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha elaborado el índice de explotación del agua (IEA) que nos permite conocer el consumo total de agua de los países europeos relativizándolo por los recursos renovables de agua dulce disponibles en dichos territorios. Este índice, que publica periódicamente Eurostat, cuantifica el consumo de agua como consumo neto, es decir, la cantidad de agua extraída a la que se descuenta el agua que retorna al medio ambiente antes o después de su uso, a través de las cuencas hidrográficas (por ejemplo, fugas o vertidos de los sectores económicos). Al evaluarse como porcentaje sobre los recursos renovables de agua disponibles el IEA nos envía señales de si un país se encuentra en situación de escasez hídrica o no.

Hasta la fecha, a nivel europeo, no se han acordado objetivos cuantificados para el IEA. No obstante, la Directiva Marco del Agua (Directiva 2000/60/CE) exige a los Estados miembros de la UE promover el uso sostenible de los recursos hídricos y garantizar un equilibrio entre la extracción y la recarga de las aguas subterráneas, con el fin de lograr un buen estado ecológico tanto aguas subterráneas como de las aguas superficiales.

Además, se ha acordado tomar para el IEA dos valores umbrales, que son utilizados habitualmente en estudios científicos. Un IEA superior al 20% nos indica que ese país o territorio se encuentra en una situación de escasez. Asimismo, si el IEA iguala o supera el 40% nos informa que la situación de escasez hídrica es grave, lo que implica que el consumo de los recursos de agua dulce es insostenible.

Analizando los últimos datos publicados por Eurostat, correspondientes al año 2022, el índice de explotación del agua en la Unión Europea se situó en el 5,8%. Este valor supone un significativo repunte de 1,2 puntos porcentuales respecto al año anterior.

Hay que tener en cuenta, como señala AEMA, que los cálculos anuales del IEA no reflejan la distribución espacial y estacional desigual de los recursos y, por lo tanto, pueden enmascarar el estrés hídrico, que se produce de forma estacional o regional. De hecho, como afirma la agencia medioambiental europea en el año 2022 la escasez de agua afectó al 34% del territorio de la Unión Europea durante al menos una temporada estacional.

Como puede observarse en el siguiente gráfico, durante todo el periodo 2000-2022 el índice de explotación del agua ha registrado diversos altibajos. No obstante, pueden apreciarse dos etapas diferenciadas. Durante el primer subperiodo (2000-2014) predomina una tendencia de descenso que desemboca en su nivel más bajo en el año 2014 (3,9%). Sin embargo, en el subperiodo posterior (2015-2022) el IEA muestra una senda, en general, ascendente, alcanzando su nivel más elevado en el último año 2022.

En un análisis por países, el mayor índice de explotación del agua lo soporta en 2022 Chipre, con el 71,0%, es decir, este país se encuentra en una manifiesta situación de grave escasez hídrica. A continuación, le siguen Malta (34,1%) y Rumanía (21,0%), ambos países superando el umbral del 20% que indican una situación de escasez de agua. Otros Estados miembros que superan el 5,8% del IEA promedio comunitario son Italia (15,6%), Grecia (13,8%), Portugal (10,1%), España (8,8%) y Polonia (6,3%).

En el otro extremo, el país mejor situado respecto a la extracción de recursos hídricos es Letonia (0,2%), seguido de Croacia (0,3%), Suecia (0,3%), Eslovaquia (0,4%), Lituania (0,4%), Eslovenia (0,6%), Finlandia (0,6%) y Luxemburgo (0,7%), todos ellos con un IEA inferior al 1,0%.

Para el conjunto del periodo 2000-2022, 15 de los 27 países de la UE han visto incrementar su índice de explotación del agua, observándose los mayores aumentos en Chipre, Rumanía, Malta e Italia. Por el contrario, en doce Estados el IEA ha descendido durante 2000-2022, destacando por sus mayores reducciones absolutas Grecia y Portugal, si bien siguen con valores superiores a la media, y Lituania.

Para más información:

Eurostat

European Environment Agency

El sosiego de la naturaleza: una cita con Emilia Pardo Bazán

Entre las múltiples funciones (ecológica, social, económica…) que desempeña la naturaleza, se encuentra una que a menudo se descuida.

Cuando la crudeza de la realidad se impone, la naturaleza ofrece al ser humano un servicio valioso, que no tiene precio. La comunión estrecha con la madre naturaleza o la pura contemplación del medio natural son fuentes potenciales de sosiego para alimentar el espíritu inquieto del hombre moderno.

La literatura de la escritora Emilia Pardo Bazán (1851-1921), precursora del naturalismo en España, nos permite identificar un ejemplo esclarecedor. En la célebre novela Los Pazos de Ulloa, Julián, el joven capellán de la casa del señor marqués, se topa con la realidad cruda, no exenta de pecados, del nuevo lugar donde reside. Sin embargo, nuestro protagonista alcanza a reconocer en la madre naturaleza una respuesta tranquilizadora para sus atormentados pensamientos.

“Volvía Julián preocupado a la casa solariega, acusándose de excesiva simplicidad, por no haber reparado cosas de tanto bulto. Él era sencillo como la paloma; solo que en este pícaro mundo también se necesita ser cauto como la serpiente… Ya no podía continuar en los Pazos… ¿Cómo volvía a vivir a cuestas de su madre, sin más emolumentos que la misa? ¿Y cómo dejaba así de golpe al señorito don Pedro, que le trataba tan llanamente? ¿Y la casa de Ulloa, que necesitaba un restaurador celoso y adicto? Todo era verdad. Pero ¿y su deber de sacerdote católico?

Le acongojaban estos pensamientos al cruzar un maizal, en cuyo lindero manzanilla y cabrifollos despedían grato aroma. Era la noche templada y benigna, y Julián apreciaba por primera vez la dulce paz del campo, aquel sosiego que derrama en nuestro combatido espíritu la madre naturaleza. Miró al cielo oscuro y alto.”

Para leer más:

Emilia Pardo Bazán: Los Pazos de Ulloa. Editorial Alma, 2024.

El bosque Doramas, en palabras de Cairasco de Figueroa

El escritor Bartolomé Cairasco de Figueroa (1538-1610), considerado uno de los fundadores de la literatura de Canarias, escribió su célebre obra de teatro Comedia del recibimiento. Gracias a esta manifestación literaria sabemos hoy que hace unos pocos siglos existió en la isla de Gran Canaria (Canarias, España) una gran selva primigenia de exuberante laurisilva, que ocupaba buena parte de la superficie de la isla, y a la que el autor mostró todo su aprecio: el bosque de Doramas.

Sirvan las siguientes palabras de Cairasco de Figueroa para rememorar un pasado natural que ya no existe; tan sólo quedan algunos vestigios de aquel mítico bosque, malogrado por las sucesivas intervenciones del hombre:

"Este es el bosque umbrífero
que de Doramas tiene el nombre célebre,
y aquestos son los árboles
que frisan ya con los del monte Líbano;
y las palmas altísimas,
mucho más que de Egipto las pirámides,
que los sabrosos dátiles
producen a su tiempo dulces támaras.
Aquí de varia música
hinchen el aire los pintados pájaros;
la verde yedra errática
a los troncos se enreda con sus círculos;
y, más que el yelo frígidas
salen las fuentes de peñascos áridos.
Aquí de Apolo Délfico
no puede penetrar el rayo cálido,
ni del profundo océano
pueden damnificar vapores húmedos.
Aquí con letras góticas
se escriben epigramas, nombres, títulos
en árboles tan fértiles
que parece que estuvo regalándose
en ellos el artífice de la terrena y la celeste fábrica".

Para leer más:

Bartolomé Cairasco de Figueroa: Comedia del recibimiento. Cabildo de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, 2017.

Amar el viento: una cita con Albert Camus

Cuando la falta de recursos se impone, la naturaleza y la imaginación humana pueden darnos la respuesta. Eso es lo que le ocurre al niño Jacques, el protagonista de El primer hombre, la novela póstuma de Albert Camus (1913-1960).

Siendo chiquillos sumidos en la pobreza de un humilde barrio de la ciudad de Argel, no poseen sofisticados juguetes con los que satisfacer sus innatos deseos de esparcimiento. En su lugar, el viento y la naturaleza se convierten en un gran aliado para idear unos juegos infantiles que les recompensan con unas vivencias que permanecerán indelebles en sus memorias.

«Esos días los niños corrían hacia las primeras palmeras, al pie de las cuales había siempre largas palmas secas. Raspaban la base para eliminar las púas y poder sujetarlas con las dos manos. Después, arrastrando las palmas, corrían hacia la terraza, el viento soplaba con rabia, silbando en los grandes eucaliptos, que agitaban enloquecidos sus ramas más altas, despeinando las palmeras, rozando con ruido de papel las anchas hojas barnizadas de los cauchos. Había que subir a la terraza, izar las palmas y dar la espalda al viento. Los niños asían entonces las palmas secas y crujientes con las dos manos, protegiéndolas en parte con sus cuerpos, y se volvían bruscamente. De un solo golpe la palma se adhería a ellos, respiraban su olor de polvo y de paja. El juego consistía entonces en avanzar contra el viento, levantando la palma cada vez más. El vencedor era el que podía llegar primero al extremo de la terraza sin que el viento le arrancase la palma de las manos, permanecer de pie enarbolándola al final de los brazos, con todo el peso apoyado en una pierna adelantada, y luchar victoriosamente y durante el mayor tiempo posible contra la fuerza rabiosa del viento. Allí, erguido, dominando aquel parque y aquella meseta bullente de árboles, bajo el cielo surcado a toda velocidad por enormes nubes, Jacques sentía que el viento venido de los confines del país bajaba a lo largo de la palma y de sus brazos para llenarlo de una fuerza y una exultación que le hacía lanzar largos gritos sin parar, hasta que, con los brazos y los hombros rotos por el esfuerzo, abandonaba por fin la palma, que la tempestad se llevaba de golpe junto con sus gritos. Y por la noche, en su cama, deshecho de cansancio, en el silencio del cuarto donde su madre dormía con un sueño ligero, seguía oyendo aullar el tumulto y el furor del viento, que amaría toda su vida”.

Para leer más:

Albert Camus: El primer hombre. Tusquets Editores, Barcelona, 2019.

Sobre pobres y ricos: una cita con Albert Camus

La calidad de vida de los pobres es muy diferente a la de los ricos. Es evidente que la mayor o menor disposición de renta y riqueza condiciona la vida de las personas. La falta de recursos hace que los pobres tengan grandes dificultades para satisfacer las necesidades básicas (alimento, abrigo, cobijo…) y, por supuesto, las no tan básicas.

Además, la pobreza hay que interpretarla como un concepto multidimensional que abarca aspectos materiales, pero también inmateriales. Entre estos últimos se encuentra uno que ha sido poco estudiado: la diferente noción que tienen los pobres y los ricos del espacio y el tiempo. De ello nos habla, con la experiencia propia que otorga su origen humilde, la pluma maestra de Albert Camus (1913-1960), Premio Nobel de Literatura (1957), en su novela póstuma El primer hombre, de la que extraemos el siguiente pasaje:

«La memoria de los pobres está menos alimentada que la de los ricos, tiene menos puntos de referencia en el espacio, puesto que rara vez dejan el lugar donde viven, y también menos puntos de referencia en el tiempo de una vida uniforme y gris. Tienen, claro está, la memoria del corazón, que es la más segura, dicen, pero el corazón se gasta con la pena y el trabajo, olvida más rápido bajo el peso de la fatiga. El tiempo perdido sólo lo recuperan los ricos. Para los pobres, el tiempo sólo marca los vagos rastros del camino de la muerte. Y, además, para poder soportar, no hay que recordar demasiado, hay que estar pegado a los días, hora tras hora…».

Para leer más:

Albert Camus: El primer hombre. Tusquets Editores, Barcelona, 2019.

Las nucleares y el futuro de la humanidad, en palabras de Albert Einstein

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En 1952 el célebre físico alemán Albert Einstein (1879-1955) lanzó un mensaje recordando a la humanidad la apremiante necesidad de asegurar el futuro de nuestra especie ante un posible mal uso del descubrimiento de las reacciones nucleares. Estas fueron sus palabras:

«El descubrimiento de las reacciones nucleares en cadena no tiene por qué provocar la destrucción de la especie humana, al igual que no la provocó el descubrimiento de las cerillas. Pero hemos de hacer todo lo posible para impedir que se abuse de este descubrimiento. En el estadio actual del desarrollo tecnológico, sólo puede protegernos una organización supranacional que disponga de un poder ejecutivo lo bastante fuerte. Una vez de acuerdo en esto, hemos de hallar la energía necesaria para los sacrificios inevitables que exigirá esta tarea de asegurar el futuro de la especie. Si no se alcanza este objetivo a tiempo, todos seremos culpables. Se corre el peligro de que nadie haga nada en espera de que los demás actúen».

Para leer más:

Mensaje a la «Canadian Education Week», 2-8 de marzo de 1952.  Publicado en Einstein, A.: Mis ideas y opiniones. Antoni Bosch, Barcelona, 2011.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1992: su objetivo último

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En el año 1992 se celebró, en Río de Janeiro, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Esta Conferencia marcó un punto de inflexión, al menos desde un enfoque desiderativo, en el camino hacia el desarrollo sostenible.

En Río 1992 los representantes de los países del mundo allí reunidos constataron una especial preocupación por dos impactos serios que las actividades humanas han producido a lo largo del tiempo: el aumento sustancial de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, lo que da como resultado el calentamiento de la Tierra, y la considerable reducción de la diversidad biológica.

Por ello la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se fijó como objetivo último el siguiente:

«la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático. Este nivel debería lograrse en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible».

Se afirma, por tanto, en este documento clave del que se cumplen 30 años, que las actividades humanas han ido aumentando sustancialmente las concentraciones de gases de efecto invernadero, lo que provocará un calentamiento adicional de la superficie y la atmósfera de la Tierra que puede afectar adversamente los ecosistemas naturales y a la humanidad.

Junto a su objetivo último, la Convención Marco sobre el Cambio Climático de 1992 estableció varios principios básicos. Entre ellos se otorgan tres obligaciones fundamentales que deberían cumplir los Estados:

  • Proteger el sistema climático en beneficio de las generaciones presentes y futuras.
  • Tomar medidas de precaución para prever, prevenir o reducir al mínimo las causas del cambio climático y mitigar sus efectos adversos.
  • Promover el desarrollo sostenible.

Para más información:

Naciones Unidas: Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992).

Una cita con César Manrique y el porvenir humano

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Artista total, naturalista con conciencia crítica, activista comprometido con el porvenir humano, defensor de un progreso en armonía, amante de la vida… César Manrique (1919-1992) fue esto y mucho más.

En los años ochenta del siglo XX, Manrique expresó sus sentidas preocupaciones sobre el devenir de un mundo que transcurría a gran velocidad por las autopistas de los valores sin salida. Más de treinta años después, ya en el siglo XXI, los mismos problemas de entonces continúan rodando sin frenos.

“Creo que, si en este ocaso del siglo XX, el hombre no es capaz de poner en orden las enormes injusticias, si no es capaz de frenar la ambición desmedida de poder y riqueza, pienso que nuestra existencia se reducirá a una autodestrucción paulatina e inexorable”.

Para leer más:

César Manrique: Escrito en el fuego. Edirca, Las Palmas de Gran Canaria, 1988.