
A medida que los problemas medioambientales han venido aumentando en número e intensidad, como los derivados de la crisis climática que atraviesa el planeta, garantizar la calidad y perdurabilidad de los ecosistemas y especies naturales se convierte en una necesidad cada vez más imperiosa. Ello hace que la puesta en práctica de múltiples medidas dirigidas a la protección medioambiental, que conllevan ineludiblemente los correspondientes compromisos de financiación, esté llamada a continuar siendo una prioridad.
En el ámbito de la Unión Europea, sobre la base del Pacto Verde Europeo, en la actualidad la política medioambiental tiene como objetivo principal para la presente década acelerar la transición hacia una economía climáticamente neutra y eficiente en el uso de los recursos, tal y como expresa el VIII Programa de Acción en materia de Medio Ambiente, vigente desde el año 2022. Evidentemente, este objetivo obliga no sólo asegurar una tendencia ascendente del gasto de protección medioambiental sino a intensificar su ritmo de crecimiento durante los próximos años en áreas como las siguientes: gestión de residuos, gestión de aguas residuales, protección del aire y del clima, protección de las aguas subterráneas, protección y descontaminación de suelos, disminución de ruidos, I+D sobre medio ambiente, y protección de la biodiversidad y el paisaje.
En la Unión Europea (UE-27), de acuerdo con los últimos datos publicados por la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat), el gasto total en protección medioambiental asciende a 359.921 millones de euros en 2024. Este gasto ha sido sufragado, con diferente proporción, por los siguientes sectores institucionales: el 51,4% por las empresas, el 31,1% por las Administraciones Públicas (e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares) y el 17,5% restante por los hogares.
Desde una perspectiva temporal, de acuerdo con los datos disponibles de Eurostat, el gasto en protección medioambiental en la UE ha pasado de 207.736 millones de euros en 2006 a 359.921 millones en 2024, lo que supone un incremento acumulado del 75,3% en dicho periodo.
Como puede observarse en el siguiente gráfico, dicho gasto medioambiental, medido en euros corrientes, no ha seguido una tendencia de crecimiento lineal durante todo el periodo 2006-2024.

Durante este largo periodo de tiempo, cabe destacar especialmente los efectos, en primer lugar, de la irrupción de la crisis económica de 2008 que repercutió de forma notaria sobre las políticas medioambientales al verse restringida su financiación, en particular en los años 2009 y 2013-2014. Posteriormente, el gasto de protección medioambiental siguió una senda de recuperación que se interrumpe en el año 2020 con el inicio de la pandemia del COVID-19. Finalmente, a partir del 2021 hasta la actualidad el gasto medioambiental muestra un mayor impulso.
Es necesario apuntar, asimismo, que para tener una visión más real de la evolución del gasto de protección medioambiental (que es medido en euros corrientes) en la UE es pertinente analizarlo en términos relativos, esto es, en comparación con la evolución de la actividad económica. Para ello, el indicador habitualmente empleado es el de porcentaje de gasto de protección medioambiental sobre el Producto Interior Bruto (PIB) a precios de mercado.
Así, los datos disponibles de Eurostat nos permiten concluir que para conjunto del periodo 2006-2024, el porcentaje de gasto medioambiental sobre el PIB total de la UE-27 se ha mantenido prácticamente invariable durante todos estos años, cifrándose en el 2,0% en 2024, igual porcentaje que en 2006. Por lo tanto, el gasto destinado a proteger el medio ambiente de los efectos nocivos de las actividades económicas se ha venido incrementado en similar medida que el valor de la producción de bienes y servicios de la economía. Sólo en 2020 alcanzó un máximo del 2,2%, pero dándose la circunstancia de que fue un año en el que el gasto medioambiental no se incrementó, sino que se contrajo en menor grado que la actividad económica. Estos resultados añaden mayor incertidumbre sobre si realmente se está en la senda adecuada para dar cumplimiento a los actuales objetivos de la política medioambiental europea demandante de recursos económicos adicionales.
En un análisis por países es destacable la diferente importancia que otorgan los Estados al gasto de protección medioambiental en el seno de la UE. Así, según los últimos datos disponibles correspondientes al año 2022, Bélgica, con una ratio del 3,40%, es el país que gasta más en protección medioambiental en comparación con el tamaño de su economía, porcentaje significativamente superior a la de media de la UE (2,10% en 2022). Le siguen, en orden descendente, Austria (3,20%), Rumanía (2,70%), Chequia (2,70%), Suecia (2,60%), Italia (2,60%) y Eslovenia (2,50%), principalmente.
Por el contrario, el país con menor gasto en protección medioambiental sobre el PIB es Irlanda (0,60%), seguido de Luxemburgo (1,00%), Letonia (1,20%), Chipre (1,30%), Hungría (1,30%) y Grecia (1,40%).

Desde una aproximación dinámica, durante el periodo 2018-2022 (años con datos disponibles) el gasto en protección medioambiental sobre el PIB se ha incrementado en 13 de los 27 países de la UE, destacando los mayores esfuerzos realizados por Eslovenia (+0,4 puntos porcentuales), y se ha reducido en ocho países, con la mayor disminución registrada por Estonia (-0,4 p.p.). En los seis países restantes la ratio de gasto medioambiental se ha mantenido estable.
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