
En su poema Piedras sueltas (1955) el escritor mexicano Octavio Paz (1914-1998), Premio Nobel de Literatura en 1990, dedica unos versos al paisaje, cuya contemplación es, con frecuencia, ignorada por el ser humano.
Los versos de Paz nos desvelan cómo el hombre contemporáneo, ocupado en tareas desequilibrantes, vive alejado de las bondades naturales, de la armonía vital que se entrelaza a su alrededor.
PAISAJE
Los insectos atareados,
los caballos color de sol,
los burros color de nube,
las nubes, rocas enormes que no pesan,
los montes como cielos desplomados,
la manada de árboles bebiendo en el arroyo,
todos están ahí, dichosos de su estar,
frente a nosotros que no estamos,
comidos por la rabia, por el odio,
por el amor comidos, por la muerte.
Para leer más:
Octavio Paz: Libertad bajo palabra. (Poema Piedras sueltas, 1955). El País, Madrid, 2003.