Medidas europeas para la protección del medio ambiente

La Comisión Europea llevó a cabo en diciembre de 2019 una importante encuesta a los ciudadanos de la Unión, cuyos resultados han sido publicados en el Eurobarómetro Especial: Attitudes of European citizens towards the Environment (marzo de 2020). En esta importante consulta a la opinión pública, la quinta que se realiza desde 2007 en materia medioambiental en la UE, el 94% de los ciudadanos pone de manifiesto que la protección del medio ambiente es muy importante o bastante importante para ellos.

A la hora de identificar los problemas medioambientales, los ciudadanos de la UE perciben que el más importante en la actualidad es el cambio climático, respecto al que el 76% de los encuestados ha respondido que es un problema muy serio en su país. A continuación, consideran relevantes los problemas de contaminación marina; la pérdida de especies, hábitats y ecosistemas naturales; la contaminación agrícola y la degradación del suelo; las frecuentes sequías e inundaciones; la escasez de agua potable y, finalmente, la contaminación acústica.

Ante esta preocupante situación cabe preguntarse qué tipos de medidas debemos tomar. El citado Eurobarómetro de marzo de 2020 también nos informa sobre lo que piensan los europeos acerca de cómo afrontar el deterioro del medio ambiente y qué acciones emprender para su protección. Así, de las respuestas a la pregunta ¿Cuál de las siguientes sería la forma más eficaz de abordar los problemas ambientales? (máximo 3 respuestas) se obtuvieron las siguientes conclusiones principales:

Hábitos de consumo.

El 33% de los ciudadanos opina que cambiar el modo de consumir es una de las medidas potencialmente más efectivas para hacer frente a los problemas medioambientales de la UE. De hecho, el 68% de los europeos piensa que sus hábitos de consumo afectan al medio ambiente en Europa y el resto del mundo.

Modos de producción y distribución.

Además de los necesarios cambios en nuestra forma de consumir, los europeos, en un 31%, piensan que cambiar los modos de producción y distribución es otra de las medidas potencialmente más efectivas para afrontar los problemas medioambientales.

I+D y soluciones tecnológicas.

A continuación, el 26% de los encuestados responde que invertir en investigación y desarrollo y en soluciones tecnológicas es otra de las principales medidas necesarias para proteger el medio ambiente.

Información y educación.

La siguiente medida con mayor porcentaje de respuestas es la de proveer más información y educación medioambiental a ciudadanos y empresas, por ejemplo, en materia de separación selectiva de residuos y consumo de energía. Así lo piensa el 24% de los encuestados.

Actividades empresariales sostenibles.

El 23% de los europeos considera que es necesario animar a las empresas para que se involucren en actividades sostenibles.

Multas medioambientales.

Ante infracciones de la legislación medioambiental, el 23% de los encuestados opina que es necesario introducir multas más elevadas.

Legislación medioambiental más estricta.

También el 23% de los europeos ha contestado que unas de las principales medidas para afrontar los problemas medioambientales es introducir leyes más estrictas. De hecho, el 83% de los encuestados está de acuerdo en que la legislación europea de protección del medio ambiente sigue siendo necesaria.

Sistema alimentario.

Hacer que nuestro sistema alimentario sea más sostenible es otra de las medidas aprobadas por los ciudadanos, en este caso por el 22% de los ciudadanos.

Incentivos financieros.

El 20% de los europeos ha respondido que es especialmente necesario introducir o incrementar los incentivos financieros dirigidos a empresas y personas para que apliquen acciones de protección medioambiental.

Cumplimiento de la legislación.

Según el 19% de los encuestados una de las tres medidas medioambientales potencialmente más efectivas es garantizar una mejor aplicación de las leyes.

Impuestos y ayudas.

Otra medida de protección medioambiental, que ha sido aceptada por el 16% de los ciudadanos, es la de introducir o incrementar los impuestos o eliminar las ayudas a las actividades que son perjudiciales para el medio.

En definitiva, ante el preocupante estado del medio ambiente, que se ve amenazado por el cambio climático, los diferentes tipos de contaminación y la pérdida de biodiversidad, entre otros problemas, los ciudadanos europeos no se muestran indiferentes. El necesario modelo de desarrollo sostenible pasa principalmente, según la opinión ciudadana, por cambiar nuestros modos de consumo, producción y distribución; fomentar la I+D y las soluciones tecnológicas; extender la información y educación medioambiental; aplicar una legislación eficaz; fomentar un sistema alimentario sostenible, y por la introducción de incentivos y desincentivos adecuados.

Para más información:

European Commission: Special Eurobarometer 501. Report Attitudes of European citizen towards the Environment, March 2020.

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La Carta Mundial de la Naturaleza: medidas para la conservación

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En octubre de 1982 vio la luz la Carta Mundial de la Naturaleza, un documento aprobado en en seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas que requiere un mayor compromiso por parte de los Estados y la sociedad en general. Hoy, casi cuatro décadas después, sigue siendo ineludible procurar la preservación de la Naturaleza ante las diversas y crecientes amenazas que atraviesa.

La Carta Mundial de la Naturaleza de 1982 nos aporta unas convicciones fundamentales sobre la necesaria armonía que ha de existir entre el hombre y la naturaleza, y una serie de principios generales de conservación. Para el adecuado cumplimiento de estos principios la Carta propone la aplicación de distintas medidas, entre las que se encuentran las siguientes:

1. Integrar la conservación de la naturaleza en la planificación y realización de las actividades del desarrollo social y económico.

2. Utilizar de forma eficiente los recursos naturales, evitar su despilfarro y fomentar el reaprovechamiento y el reciclaje.

3. Evitar la descarga de sustancias contaminantes en los sistemas naturales.

4. Incorporar los principios enunciados en la Carta, según corresponda, en el derecho y la práctica de cada Estado y adoptarlos también a nivel internacional.

5. Difundir ampliamente por todos los medios, en especial por la enseñanza ecológica, que será parte de la educación general, los conocimientos relativos a la naturaleza.

6. Incluir en toda planificación, entre sus elementos esenciales, la elaboración de estrategias de conservación de la naturaleza, el establecimiento de inventarios de los ecosistemas y la evaluación de los efectos que hayan de surtir sobre la naturaleza las políticas y actividades proyectadas, así como los procesos de información y participación de la población.

7. Asegurar la disponibilidad de los medios financieros, los programas y las estructuras administrativas necesarias para alcanzar los objetivos de la conservación de la naturaleza.

8. Trabajar para profundizar el conocimiento de la naturaleza mediante la investigación científica y divulgar ese conocimiento sin restricción alguna.

9. Seguir muy de cerca el estado de los procesos naturales, los ecosistemas y las especies a fin de que se pueda descubrir lo antes posible cualquier deterioro o amenaza, tomar medidas oportunas y facilitar la evaluación de las políticas y técnicas de conservación.

10. Evitar las actividades militares perjudiciales para la naturaleza.

11. Cooperar en la tarea de conservar la naturaleza con actividades conjuntas entre los distintos agentes (administraciones públicas, particulares, empresas…)

12. Establecer normas relativas a los productos y a los procedimientos de fabricación que puedan tener efectos perjudiciales sobre la naturaleza.

13. Aplicar las disposiciones jurídicas internacionales pertinentes que propendan a la conservación de la naturaleza o a la protección del medio ambiente.

Para más información:

Carta Mundial de la Naturaleza. 28 de octubre de 1982

Oslo, Capital Verde Europea de 2019

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Oslo, Noruega

Con una población de unos 660.000 habitantes, la capital noruega de Oslo disfruta de una ubicación privilegiada en proximidad a la naturaleza, encontrándose rodeada por el fiordo Oslofjord y el Bosque de Marka protegido a nivel nacional.

Pero, en realidad, ha sido un conjunto de hechos y propuestas lo que ha permitido que Oslo haya recibido el reconocimiento de Capital Verde Europea 2019, un título que otorga cada año la Comisión Europea para premiar los esfuerzos de las ciudades en materia de medio ambiente y desarrollo sostenible.

La propuesta de la capital noruega, así como las de trece ciudades europeas más, han tenido que pasar por un proceso técnico de evaluación que ha puntuado doce dimensiones medioambientales principales. En un ranking de 1 a 14, estas son las posiciones que obtuvo Oslo en cada una de las doce dimensiones que han sido valoradas a través de sus correspondientes indicadores:

1. Mitigación y adaptación al cambio climático. 1ª posición.
2. Transporte local. 1ª posición.
3. Áreas urbanas verdes que incorporan el uso sostenible del suelo. 2ª posición.
4. Naturaleza y biodiversidad. 1ª posición.
5. Calidad del aire ambiental. 1ª posición.
6. Calidad del ambiente acústico. 1ª posición.
7. Producción y gestión de residuos. 1ª posición.
8. Gestión del agua. 6ª posición.
9. Gestión de las aguas residuales. 7ª posición.
10. Eco-innovación y empleo sostenible. 1ª posición.
11. Rendimiento energético. 1ª posición.
12. Gestión medioambiental integrada. 1ª posición.

A continuación se exponen los avances medioambientales conseguidos y las propuestas sostenibles más relevantes a las que se ha comprometido la ciudad de Oslo, merecedora de la distinción europea:

  • En su lucha contra cambio climático, Oslo se ha propuesto unos objetivos ambiciosos: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990 hasta un 50% en 2020, un 95% en 2030 y, finalmente, llegar a ser neutral en el año 2050. Para ello cuenta con una estrategia integrada (Climate Budget) que consiste en 42 medidas que actúan en los ámbitos de la energía y el medio construido, los recursos y el transporte.
  • En materia de transporte, la ciudad de Oslo se ha convertido en la capital mundial del vehículo eléctrico, alcanzando en los últimos años los coches eléctricos e híbridos más del 30% de todas las ventas de coches nuevos. Para 2030 el 100% de la flota será de vehículos eléctricos. Asimismo, la ciudad ha aplicado medidas en apoyo del transporte público y la bicicleta, a la que se suman otras de aumento de tasas y eliminación de espacios para desalentar el uso del transporte privado.
  • Oslo conecta el uso sostenible del suelo a una visión de ciudad compacta, en la que se disponga de infraestructuras adecuadas y estén integrados aspectos como la movilidad, la gestión de las aguas pluviales y el ocio.
  • Respecto a naturaleza y biodiversidad, la ciudad cuenta con un número significativo de áreas protegidas local y nacionalmente. La población de Oslo es muy consciente del patrimonio natural con el que cuenta. Es de destacar la restauración ecológica llevada a cabo en la extensa red de vías fluviales de la ciudad.
  • En materia de calidad del aire, Oslo cuenta con planes para reducir los niveles de NOx, que incluyen, entre otras medidas, intervenciones en el tráfico rodado, la introducción de una zona de baja emisión y hacer toda la flota de transporte público libre de combustibles fósiles en 2020.
  • En producción y gestión de residuos, Oslo se ha comprometido a aumentar la tasa de reciclaje hasta el 50% en 2020. Se propone, asimismo, la transición hacia un enfoque de economía circular y unas estrategias de reducción de los residuos de alimentos y de consumo y contratación pública verde. La ciudad cuenta con un sistema de tratamiento de residuos altamente desarrollado e integrado (plantas de aprovechamiento energético, biogás, compostaje, clasificación y de residuos peligrosos).
  • En el ámbito energético, destaca la prohibición del combustible fósil en la calefacción de todos los edificios para el año 2020, reemplazándolo por energías renovables. Igualmente, es relevante la propuesta de electrificación masiva del transporte en la ciudad.

Oslo Key Performance Indicators EGCA 2019

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Fuente: Technical Assessment Synopsis Report ‐ European Green Capital Award 2019, RPS (2017).

Para más información:

EGCA Technical Assessment Synopsis Report – Award Cycle 2019

Green Capital 2019