Copenhague, Capital Verde Europea 2014

Copenhague, Dinamarca.

La ciudad de Copenhague se ha convertido en un referente para otras urbes en el camino de la sostenibilidad. Tras recibir diversos premios, en 2014 ostentó el título de Capital Verde Europea, un reconocimiento que otorga anualmente la Comisión Europea para distinguir los esfuerzos de las ciudades en materia de medio ambiente y desarrollo sostenible.

Capital danesa es una ciudad de tamaño mediano, cuyos límites municipales abarcan una superficie de 74,4 km2 donde residen unos 644.000 habitantes (a 1 de enero de 2022), esto es, el 11% de la población de Dinamarca. Considerando la región del Gran Copenhague la población urbana se eleva a los 1,3 millones de habitantes (el 23% del país).

Diversas son las razones que llevaron al jurado a otorgar la distinción de Capital Verde Europea 2014 a Copenhague. Entre ellas destacamos las siguientes:

Cambio climático ciudad de Copenhague desea contribuir al gran desafío global del calentamiento climático. Por ello aspira a ser en 2025 la primera capital del mundo neutra en carbono, reduciendo al mínimo las emisiones de CO2 y compensar ese mínimo diversas iniciativas sostenibles.

En concreto, el municipio se ha fijado el objetivo de disminuir las emisiones desde las 1,8 millones de toneladas al año de 2013 hasta las 1,2 millones en 2025.

Energía

Existe frente a la costa de Copenhague un gran parque eólico marino que suministra parte de la energía que consume la ciudad. Se trata de una cooperativa que pertenece a partes iguales al municipio y a pequeños inversores, lo que permitió el apoyo público tras la resistencia inicial.

Para 2025 se establecen entre otros objetivos los siguientes:  reducir un 20% el consumo de calefacción, un 20% el consumo de energía en las empresas, un 20% el consumo energético de los hogares, un 40% el consumo de energía en los edificios públicos y un 50% el consumo de energía en el alumbrado urbano.

Movilidad

La ciudad cuenta con una red de transporte público integral y numerosas ciclovías.

Para 2025 la ciudad danesa se ha fijado los siguientes objetivos: el 75% de los desplazamientos sea a pie, en bicicleta o transporte público; el 50% de los viajes al trabajo o estudio sea en bicicleta; aumentar un 20% los pasajeros en transporte público (en comparación con 2009); un transporte público neutro en carbono, y que el 20-30% de los turismos y el 30-40% de los vehículos pesados utilicen combustibles renovables.

Residuos

Copenhague ha realizado un gran esfuerzo en materia de gestión de residuos fomentando el reciclaje y la reutilización. A través de campañas de información y sensibilización la percepción pública de los residuos ha cambiado, considerándolos ahora como un recurso.

En 2013 enviaba menos del 2% de sus residuos al vertedero, frente al 44% de 1988, y casi el 58% de los residuos se reciclaba. De cara al futuro la ciudad tiene previsto que en 2024 el 70% de los residuos domésticos y los residuos industriales y comerciales ligeros se recojan para su reciclaje.

Agua

La calidad del agua ha mejorado constantemente en la ciudad. Se persigue que el puerto de Copenhague cumpla con todos los estándares de calidad de agua de baño.

Respecto al agua potable se emplean nuevas tecnologías para su control y prevenir fugas, de modo que en 2025 se hayan reducido hasta el 6%. Además, se estableció como objetivo reducir el consumo diario de agua a 100 litros por persona y día a partir de 2017.

Para más información:

European Green Capital Award – Winning cities

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La ciudad de Pontevedra, referente de movilidad sostenible

Pontevedra, 2020.

La ciudad gallega de Pontevedra (España) ha conseguido llegar a ser un referente de sostenibilidad urbana. Mediante una gestión decidida, que ha puesto en primer plano la calidad de vida de sus ciudadanos, ha sabido aprovechar sus recursos y particulares condiciones.

Pontevedra es una ciudad, capital de la provincia homónima, que cuenta con unos 83.000 habitantes (83.029 según el Padrón Municipal de Habitantes de 2019). Partiendo de un tamaño poblacional limitado ha mostrado durante los últimos 20 años un dinamismo demográfico superior a la media de Galicia y de las cuatro provincias gallegas. Entre 1999 y 2019 la población de la ciudad de Pontevedra creció, en promedio, un 0,6% anual frente al estancamiento registrado por el conjunto de Galicia (0,0%).

Con una superficie de unos 120 km2, la densidad poblacional del municipio de Pontevedra asciende a 701 habitantes/km2 en 2019, de modo que se ha incrementado respecto a 1999 (626 hab./km2).

Durante las últimas dos décadas, Pontevedra ha puesto en práctica un modelo de movilidad sostenible que prioriza la movilidad peatonal sobre el tráfico motorizado. Para ello, desde el Concello de Pontevedra se llevaron a cabo diversos tipos de obras. Según el tipo de calle, se efectuaron peatonalizaciones (con coexistencia de tráfico de servicios) en el centro histórico y calles de menos de 10 metros de ancho, estrechamiento de los carriles y ampliación de aceras en calles de más de 10 metros, plataformas únicas y badenes, limitación de la velocidad máxima a 30 km/h, coexistencia con la bicicleta, aparcamientos gratuitos de borde urbano, estacionamientos gratuitos para servicios, aparcamientos rotatorios de pago, etc. Ello ha ido acompañado de otras actuaciones en la ciudad como la recuperación del centro histórico y otras áreas degradadas, la ampliación de la red de sendas ciclistas y peatonales por los alrededores naturales de Pontevedra y la mejora de la gestión de residuos y del sistema de depuración de aguas residuales.

Pontevedra ha experimentado una transformación integral de recuperación para los ciudadanos del espacio público que hasta entonces ocupaban los coches, que se ha traducido en resultados tangibles para la calidad de vida de sus habitantes. Entre los importantes beneficios que ha recibido el conjunto de la población, destacan los siguientes:

  • Reducción del tráfico de vehículos a motor. Según el Consistorio, entre 1996 y 2014 los vehículos motorizados se han reducido un 30,1% en la ciudad y un 70% en el centro urbano.
  • Aumento de la movilidad sostenible. Los viajes a pie se han incrementado un 67% y en bicicleta, un 5%.
  • Reducción del consumo de combustible, que se estima en un 66% en la ciudad y un 88% en el centro, entre 1996 y 2014, como consecuencia del menor tráfico motorizado.
  • Reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera, que se estima en unos 500 kg de CO2 por persona y año.
  • Mejora de la calidad del aire.
  • Mayor biodiversidad de especies de árboles y animales.
  • Disminución de la contaminación acústica.
  • Mayor seguridad vial.
  • Aumento de la accesibilidad de los espacios públicos, propiciando una ciudad inclusiva e integradora.
  • Mayor pluralidad de servicios y usos del espacio público para los ciudadanos.
  • Desarrollo de los sectores del comercio de proximidad, hostelería y otros servicios en el espacio urbano que antes ocupaban los automóviles.
  • Recuperación de la ciudad como lugar de encuentro, reducción de la conflictividad y mejora de la convivencia ciudadana.

Este modelo de ciudad compacta y movilidad sostenible, que prioriza el uso del espacio público por y para las personas, ha alcanzado el reconocimiento a nivel internacional de diversos premios. Entre ellos, en 2014 ONU-Hábitat (Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos) le otorgó a Pontevedra el Premio Internacional de Dubái a las Buenas Prácticas para Mejorar las Condiciones de Vida.

Para más información:

Instituto Gallego de Estadística.

Concello de Pontevedra.

Liubliana, Capital Verde Europea 2016

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Liubliana, Eslovenia.

La ciudad de Liubliana, capital de Eslovenia, puede ser considerada como referente para otras urbes por sus avances hacia la sostenibilidad. Así lo ha reconocido la Comisión Europea, distinguiéndola con el título de Capital Verde Europea 2016.

Con una población de unos 290.000 habitantes, Liubliana cuenta con el 75% de su territorio (unos 275 km2) que es verde, incluyendo zonas agrícolas, forestales y acuáticas. Su PIB per cápita es un 43% superior al de la media del país.

Doce ciudades se presentaron para ser distinguidas como Capital Verde Europea 2016, un título que otorga cada año la Comisión Europea para premiar los esfuerzos de las ciudades en materia de medio ambiente y desarrollo sostenible. De las doce urbes candidatas quedaron como finalistas cinco: Essen (Alemania), Liubliana (Eslovenia), Nimega (Países Bajos), Oslo (Noruega) y Umea (Suecia).

La capital eslovena resultó ser la premiada con el galardón de Capital Verde Europea 2016, al obtener la mayor puntuación global sobre la base de una serie de indicadores que permiten evaluar doce ámbitos medioambientales:

1. Cambio climático: mitigación y adaptación.
2. Transporte local.
3. Áreas urbanas verdes que incorporan el uso sostenible del suelo.
4. Naturaleza y biodiversidad.
5. Calidad del aire ambiental.
6. Calidad del ambiente acústico.
7. Producción y gestión de residuos.
8. Gestión del agua.
9. Gestión de las aguas residuales.
10. Eco-innovación y empleo sostenible.
11. Rendimiento energético.
12. Gestión medioambiental integrada.

El jurado destacó de Liubliana la significativa transformación hacia la sostenibilidad experimentada por la ciudad durante los 10 a 15 años anteriores, en especial en las siguientes áreas:

Transporte local

En materia de transporte, la ciudad de Liubliana ha centrado su acción en mejorar el transporte público, la peatonalización en el centro urbano y las redes de bicicleta, frente al dominio del coche privado, cuyo peso en la movilidad de los habitantes del centro urbano se ha reducido del 47% al 19% entre 2003 y 2013. Para 2020 Liubliana se ha propuesto que cada uno de los tres modos de transporte (público, tráfico no motorizado y vehículos privados) tenga por igual una participación de un tercio del transporte total de la ciudad.

Protección de áreas verdes

En la última década se han llevado a cabo en Liubliana numerosas medidas urbanas verdes, incluida la plantación de más de 2.000 árboles, la construcción de cinco parques y la revitalización de los terraplenes del río Sava.

Tratamiento de residuos

Se encuentra entre las primeras ciudades con mayor tasa de recogida selectiva de residuos de Europa. Cuenta con un Centro Regional de Tratamiento de Residuos, provisto de un sistema moderno de tratamiento para residuos orgánicos y mixtos. La ciudad se ha comprometido a perseguir el objetivo de cero residuos y a usar como recurso los residuos reciclados.

Tratamiento de aguas residuales

La ciudad cuenta con una planta de tratamiento mecánico-biológico para las aguas residuales. El biogás producido en el proceso es empleado como energía en la misma planta.

Intercambio de experiencias.

Liubliana ha sido reconocida como ciudad ejemplar por compartir sus experiencias y soluciones en la gestión de desastres naturales durante la crisis de las inundaciones acaecidas en la región de los Balcanes.

Gestión medioambiental integrada

La ciudad tiene aprobada desde 2007 su estrategia «Visión de Liubliana 2025: ciudad sostenible». Muchos departamentos y servicios de la administración local tienen sistemas de gestión medioambiental certificada. El 70% de las compras públicas son ecológicas.

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Para más información:

Green Capital 2016

La ciudad de Auckland, referente en gestión de residuos

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Ciudad de Auckland, Nueva Zelanda

La ciudad de Auckland, con una población de 1,6 millones de habitantes, equivalente al 35% de la población total de Nueva Zelanda, ha tomado la decisión de dar un gran salto en la resolución del problema de los residuos urbanos. Para ello ha puesto en marcha durante estos últimos años una ambiciosa planificación de minimización y gestión de los desperdicios generados en la urbe.

Su buen hacer en el ámbito de los residuos ha hecho que la ciudad de Auckland haya sido distinguida en 2017 con un premio internacional: The C40 Cities Bloomberg Philanthropies Award 2017, en la categoría Cities4ZeroWaste.

Una planificación integral en materia de residuos está permitiendo que Auckland se convierta en un buen referente a nivel internacional en este ámbito. Tras un primer plan que comenzó en 2012, esta ciudad neozelandesa está implementando en la actualidad un segundo plan: el Auckland Waste Management and Minimisation Plan 2018.

Los objetivos del Plan

Con el primer Plan de Minimización y Gestión de Residuos de Auckland de 2012 se obtuvieron importantes resultados. Se consiguió reducir la generación de residuos domésticos en un 10%, al pasar de 160 kg/persona en 2010 a 144 kg/persona en 2016. Por su parte, los residuos de la administración municipal cayeron un 30%. Además, se comenzó a estandarizar los servicios de reciclaje para crear un servicio de recogida eficiente.

Ahora, con el Plan de Minimización y Gestión de Residuos de Auckland de 2018, se pretende hacer frente también a todos los residuos que genera la actividad económica (inertes, orgánicos y plásticos, principalmente), que suponen más del 80% de todos los residuos que van a los vertederos.

La meta final es conseguir un futuro sin residuos para la ciudad Auckland: «ningún residuo con destino a los vertederos o incineradoras en 2040». La visión expresada en el  propio Plan de 2018 queda sintetizada en los siguientes términos:

«Auckland aspira a ser Zero Waste en 2040, teniendo en cuenta a la gente y el medio ambiente, y convirtiendo los residuos en recursos».

Esta visión se traduce en las siguientes prioridades:

  • Integrar la minimización de los residuos en el diseño, la fabricación, el comercio y las decisiones del consumidor
  • Usar los materiales de tal forma que se preserve su valor, minimice los impactos medioambientales y conserve los recursos  naturales
  • Diseñar y usar los productos de acuerdo con la jerarquía de los residuos: 1. Reducción,  2. Reutilización, 3. Reciclaje, 4. Recuperación, 5. Tratamiento y 6. Eliminación
  • Eliminar algunos residuos incluso antes de que se hagan, mediante el diseño de los productos y procesos
  • Usar y reutilizar los recursos, a través de mejores sistemas para reutilizar y refabricar materiales en otros bienes

Para su consecución el Plan establece los siguientes objetivos concretos:

  • Reducir los residuos totales de la ciudad, privados y públicos, que van al vertedero en un 30% en 2027, esto es, desde 832 kg a 582 kg per cápita/año
  • Reducir la basura doméstica en un 30% en 2021
  • Después de 2021 reducir la basura doméstica en un 20% adicional en 2028
  • Reducir los propios residuos públicos del Consejo de Auckland en un 60% en 2024

Los beneficios del Plan

El Plan de Minimización y Gestión de Residuos de Auckland de 2018 pone de relieve que la generación de residuos comporta diferentes y cuantiosos costes que repercuten sobre la sociedad y el medio ambiente. Son costes tanto tangibles como intangibles. Respecto a los primeros se estima que se gastan cada año unos 120 millones de dólares en la recogida y tratamiento de los residuos de la ciudad.  Además, a estos costes económicos hay que sumarles otros, de carácter medioambiental y social, que son poco visibles: pérdida de recursos naturales, gastos energéticos, riesgos, pérdidas laborales… Los residuos llegan a ser también parte de otros problemas como la contaminación marina, el cambio climático y la desigualdad social.

Por lo tanto, son evidentes los beneficios potenciales que supone la implementación de un Plan que se centra en promover la minimización de la generación de residuos y en llevar a cabo una gestión adecuada de los mismos

El Plan de 2018 destaca, además, los siguientes beneficios económicos, sociales, culturales y medioambientales que conlleva abogar por una visión Zero Waste:

  • Las empresas que auditan sus procesos bajo el prisma de Zero Waste pueden impulsar la eficiencia de los recursos, la innovación y las ganancias de productividad.
  • Los hogares pueden generar cambios en sus compras, reduciendo gastos y residuos.
  • Los residuos pasan a convertirse en materias primas y recursos con valor económico. Se estima que en 2016 la cantidad de material reciclable enviado a vertederos procedente de fuentes domésticas y comerciales podría haber generado entre 15 y 73 millones de dólares.

Para más información:

Auckland Waste Management and Minimisation Plan 2018

Oslo, Capital Verde Europea de 2019

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Oslo, Noruega

Con una población de unos 660.000 habitantes, la capital noruega de Oslo disfruta de una ubicación privilegiada en proximidad a la naturaleza, encontrándose rodeada por el fiordo Oslofjord y el Bosque de Marka protegido a nivel nacional.

Pero, en realidad, ha sido un conjunto de hechos y propuestas lo que ha permitido que Oslo haya recibido el reconocimiento de Capital Verde Europea 2019, un título que otorga cada año la Comisión Europea para premiar los esfuerzos de las ciudades en materia de medio ambiente y desarrollo sostenible.

La propuesta de la capital noruega, así como las de trece ciudades europeas más, han tenido que pasar por un proceso técnico de evaluación que ha puntuado doce dimensiones medioambientales principales. En un ranking de 1 a 14, estas son las posiciones que obtuvo Oslo en cada una de las doce dimensiones que han sido valoradas a través de sus correspondientes indicadores:

1. Mitigación y adaptación al cambio climático. 1ª posición.
2. Transporte local. 1ª posición.
3. Áreas urbanas verdes que incorporan el uso sostenible del suelo. 2ª posición.
4. Naturaleza y biodiversidad. 1ª posición.
5. Calidad del aire ambiental. 1ª posición.
6. Calidad del ambiente acústico. 1ª posición.
7. Producción y gestión de residuos. 1ª posición.
8. Gestión del agua. 6ª posición.
9. Gestión de las aguas residuales. 7ª posición.
10. Eco-innovación y empleo sostenible. 1ª posición.
11. Rendimiento energético. 1ª posición.
12. Gestión medioambiental integrada. 1ª posición.

A continuación se exponen los avances medioambientales conseguidos y las propuestas sostenibles más relevantes a las que se ha comprometido la ciudad de Oslo, merecedora de la distinción europea:

  • En su lucha contra cambio climático, Oslo se ha propuesto unos objetivos ambiciosos: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990 hasta un 50% en 2020, un 95% en 2030 y, finalmente, llegar a ser neutral en el año 2050. Para ello cuenta con una estrategia integrada (Climate Budget) que consiste en 42 medidas que actúan en los ámbitos de la energía y el medio construido, los recursos y el transporte.
  • En materia de transporte, la ciudad de Oslo se ha convertido en la capital mundial del vehículo eléctrico, alcanzando en los últimos años los coches eléctricos e híbridos más del 30% de todas las ventas de coches nuevos. Para 2030 el 100% de la flota será de vehículos eléctricos. Asimismo, la ciudad ha aplicado medidas en apoyo del transporte público y la bicicleta, a la que se suman otras de aumento de tasas y eliminación de espacios para desalentar el uso del transporte privado.
  • Oslo conecta el uso sostenible del suelo a una visión de ciudad compacta, en la que se disponga de infraestructuras adecuadas y estén integrados aspectos como la movilidad, la gestión de las aguas pluviales y el ocio.
  • Respecto a naturaleza y biodiversidad, la ciudad cuenta con un número significativo de áreas protegidas local y nacionalmente. La población de Oslo es muy consciente del patrimonio natural con el que cuenta. Es de destacar la restauración ecológica llevada a cabo en la extensa red de vías fluviales de la ciudad.
  • En materia de calidad del aire, Oslo cuenta con planes para reducir los niveles de NOx, que incluyen, entre otras medidas, intervenciones en el tráfico rodado, la introducción de una zona de baja emisión y hacer toda la flota de transporte público libre de combustibles fósiles en 2020.
  • En producción y gestión de residuos, Oslo se ha comprometido a aumentar la tasa de reciclaje hasta el 50% en 2020. Se propone, asimismo, la transición hacia un enfoque de economía circular y unas estrategias de reducción de los residuos de alimentos y de consumo y contratación pública verde. La ciudad cuenta con un sistema de tratamiento de residuos altamente desarrollado e integrado (plantas de aprovechamiento energético, biogás, compostaje, clasificación y de residuos peligrosos).
  • En el ámbito energético, destaca la prohibición del combustible fósil en la calefacción de todos los edificios para el año 2020, reemplazándolo por energías renovables. Igualmente, es relevante la propuesta de electrificación masiva del transporte en la ciudad.

Oslo Key Performance Indicators EGCA 2019

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Fuente: Technical Assessment Synopsis Report ‐ European Green Capital Award 2019, RPS (2017).

Para más información:

EGCA Technical Assessment Synopsis Report – Award Cycle 2019

Green Capital 2019

Suecia, referente en los Objetivos de Desarrollo Sostenible

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Fuente: SDN y Bertelsmann Stiftung: SDG Index and Dashboards Report 2018.

En el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, puesta en marcha por Naciones Unidas en 2015, la elaboración de un índice ODS permite evaluar los progresos en la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que van alcanzando los países del planeta.

En su edición de 2018 el Informe de SDN y Bertelsmann Stiftung (SDG Index and Dashboards Report 2018) nos revela que de un total de 156 países del mundo para los que se ha contado con datos suficientes, Suecia es el país del planeta que más está cumpliendo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en su conjunto, establecidos en la Agenda 2030.  Para dicho año 2018 el valor del índice ODS de Suecia se cifra en 85 sobre un máximo de 100.

En una análisis más pormenorizado del índice ODS, los resultados obtenidos por objetivos muestran que para 12 de los 17 ODS Suecia se sitúa entre los 25 países del planeta con mejor puntuación.

Así, los mejores resultados relativos, en un contexto mundial, los alcanza Suecia en los siguientes ODS:

  • Reducción de las desigualdades (ODS10), para el que Suecia alcanza el máximo valor de 100, lo que hace que se sitúe, junto con Noruega y Eslovenia, en la primera posición de los 156 países.
  • Energía asequible y no contaminante (ODS7), para el que se sitúa en la segunda mejor posición tras Islandia.
  • Igualdad de género (ODS5), también en segunda posición tras Islandia.
  • Industria, innovación e infraestructura (ODS9), para el que toma la posición segunda tras Suiza.
  • Salud y bienestar (ODS3), objetivo para el que Suecia se encuentra en tercer lugar tras Noruega y Suiza.

Por el contrario, los objetivos para los que Suecia toma los peores resultados relativos son los siguientes:

  • Producción y consumo responsables (ODS12) que, con un valor de 56,8 sobre 100, hace que Suecia se sitúe en la posición 123 a nivel mundial respecto a este ODS.
  • Acción por el clima (ODS13), objetivo para el que toma la posición 86.
  • Vida de ecosistemas terrestres (ODS15), para el que sitúa en la posición 74.

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De forma complementaria al índice ODS, del que se desprende que Suecia se encuentra en una situación privilegiada en el contexto mundial, convirtiéndose en un referente de desarrollo sostenible para otros países, el informe de 2018 aporta también un análisis de panel de los ODS para cada uno de los países analizados.

De la evaluación del panel de los ODS de Suecia, se pueden extraer las siguientes conclusiones principales:

  • Para dos Objetivos de Desarrollo Sostenible (en color verde) Suecia ya ha alcanzado los umbrales deseados en 2030: Fin de la pobreza (ODS1) y Energía asequible y no contaminante (OD7).
  • Para nueve objetivos (en color amarillo), Suecia tiene aún algunos retos que resolver, si bien, en general, se encuentra en la senda de alcanzar los valores deseados para 2030.
  • Para cuatro ODS (en naranja), permanecen en este país retos significativos para llegar a cumplir con la Agenda 2030: Hambre cero -que abarca también lograr la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y promover una agricultura sostenible- (ODS2); Educación de calidad (ODS4); Vida submarina (OD14) y Vida de ecosistemas terrestres (ODS15).
  • Finalmente, en dos ODS (en rojo) Suecia se enfrenta a los mayores retos para cumplir con la Agenda 2030: Producción y consumo responsables (ODS12) y Acción por el clima (ODS13).

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Fuente: SDN y Bertelsmann Stiftung: SDG Index and Dashboards Report 2018.

Para más información:

2018 SDG Index and Dashboards

Oviedo, referente de ciudad limpia

Oviedo, 2016
Ciudad de Oviedo

La calidad de vida en las ciudades viene determinada por factores diversos, tales como las dotaciones de infraestructuras y equipamientos, las oportunidades de empleo, la situación de la vivienda, la seguridad y el estado del medio ambiente. Respecto a este último aspecto la ciudadanía valora el grado de limpieza de su ciudad y cómo la entidad municipal gestiona los residuos que en ella se generan.

En España, la ciudad de Oviedo, capital del Principado de Asturias, constituye un referente de ciudad limpia que ha sido reconocido en repetidas ocasiones. Esta urbe de 187 km2 cuenta con una población de unos 220.000 habitantes y cerca de 94.000 hogares.

Respecto a su situación socioeconómica, las actividades principales de la ciudad de Oviedo son el comercio, los servicios administrativos y universitarios. Según datos de 2016 la actividad turística contaba con un total de 5.880 plazas disponibles y recibió cerca de 941.000 pernoctaciones. En 2015 la renta neta media por hogar ascendía a 31.054 euros, superior a la media nacional (26.730 euros) y su tasa de desempleo fue del 12,8% de su población activa, porcentaje inferior al del promedio de España (17,2%), según los últimos datos del INE.

Esta ciudad ha sido reconocida nacional e internacionalmente por la limpieza de su medio urbano y la gestión de los residuos que en ella se generan.

La Asociación Técnica para la Gestión de Residuos y Medio Ambiente (ATEGRUS) otorga cada dos años sus Escobas de Platino, Oro y Plata a las instituciones y organismos que más destacan por su labor a favor del medio ambiente. Dicho galardón ha sido recibido por la ciudad de Oviedo en diversas ocasiones.

En la pasada edición de 2018 Oviedo recibió la Escoba de platino por la renovación total de la flota de vehículos, tanto de limpieza como de recogida, incorporando vehículos de última generación y con energías limpias.

A nivel europeo, las encuestas de percepción llevadas a cabo por la Comisión Europea y hechas públicas por Eurostat, tratan de conocer el grado de satisfacción de los habitantes de las ciudades respecto a las distintas dimensiones de la calidad de vida. Los últimos datos de 2015 ponen de relieve la destacada posición de la ciudad de Oviedo.

Ante la pregunta de si los habitantes europeos se encuentran satisfechos con el estado de limpieza de su ciudad, en Oviedo el 95% de la población encuestada respondió que se encuentra muy satisfecha o bastante satisfecha. De este modo, la ciudad asturiana se sitúa, junto con Luxemburgo, en la tercera mejor posición de un total de 109 urbes, sólo superada por las ciudades letonas de Ventspils (99%) y Valmiera (97%).

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Asimismo, el Eurobarómetro de 2015 reveló que el 92% de la población de Oviedo está totalmente satisfecha con sus espacios públicos (plazas, zonas peatonales, mercados…), situándola entre las tres ciudades europeas con mayor valoración.

Para más información:

Instituto Nacional de Estadística: Indicadores Urban Audit para Ciudades.

Eurostat.

Comisión Europea: Quality of life in European Cities 2015.

 

 

 

 

Así, en 2015 las urbes con mayor calidad del aire según sus ciudadanos son Helsinki, Viena y Dublín. En las tres el 88% de la población declara que está muy satisfecha o bastante satisfecha con la calidad del aire donde residen.

Oviedo, ciudad de Asturias. Cifras….

Eurobarómetro: 2015. la tercera ciudad europea de un total de 109

http://ec.europa.eu/eurostat/web/products-eurostat-news/-/EDN-20180521-1

https://wordpress.com/post/ecopalabras.com/764

https://wordpress.com/post/ecopalabras.com/2565

 

La Isla de El Hierro: referente de sostenibilidad con la Central Hidroeólica

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El Hierro es una pequeña isla atlántica perteneciente al archipiélago de las Islas Canarias (España). Su superficie asciende a unos 270 kilómetros cuadrados y en ella habitan unas 11.000 personas. Desde el año 2000 es Reserva de la Biosfera.

El Cabildo Insular de El Hierro, su gobierno insular, tiene en marcha un Plan de Desarrollo Sostenible (PDS 2007-2020) para la Isla. La meta principal que fija dicho Plan es hacer de El Hierro un territorio sostenible, que compatibilice la conservación del medio ambiente con el desarrollo económico.

Entre las prioridades establecidas en el PDS se pretende alcanzar que El Hierro sea «100% energías renovables», lo que ha conllevado la puesta en marcha de un proyecto estratégico: la Central Hidroeólica, que gestiona la empresa mixta Gorona del Viento.

Con esta Central se persigue que la demanda eléctrica de la Isla sea cubierta completamente con energías renovables. Se trata de un proyecto emblemático, pionero a nivel internacional, que busca la soberanía energética mediante un modelo integral de gestión energética hidroéléctrica-eólica. Permitirá sustituir el tradicional modelo eléctrico basado en una central térmica, dependiente de la importación de diésel, que emite a la atmósfera gases contaminantes y generadores del cambio climático.

La Central Hidroeólica de El Hierro es capaz de combinar dos recursos naturales renovables, el viento y el agua, para generar energía eléctrica que abastezca a toda la Isla. Está integrada básicamente por un parque eólico, un grupo de bombeo y una central hidroeléctrica.

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Parque eólico de la Central Hidroeólica de El Hierro

Por un lado, la gran disponibilidad de viento en la Isla permite contar con una fuente renovable y limpia para producir electricidad a través de la instalación de un parque eólico. Éste lo conforman actualmente cinco aerogeneradores.

Por otro lado, el obstáculo que supone la variabilidad en la disposición de viento para producir electricidad puede solventarse con el segundo gran pilar de la Central: la construcción de una infraestructura hidráulica que permite almacenar agua desalada (energía potencial) en un depósito superior situado a 700 metros sobre el nivel del mar, tras su previo bombeo. Cuando se produce escasez de viento, esa agua se desembalsará y se dejará caer hasta la Central hidroeléctrica, situada a nivel del mar, para producir electricidad a partir de las turbinas. Junto a dichas turbinas se encuentra un depósito inferior, que recoge el agua dulce caída y que se bombearía, con el excedente de energía, hasta el depósito superior para cerrar el ciclo.

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Depósito superior de la Central Hidroeólica de El Hierro

Asimismo, la central térmica existente, que hasta hoy era la principal fuente de suministro de electricidad, sólo entraría en funcionamiento en casos excepcionales o de emergencia cuando no haya agua y viento suficientes para producir la energía que demanda la población insular.

Se ha estimado que los beneficios ambientales principales de esta Central Hidroeólica son los siguientes:

-Un ahorro de consumo de diésel: 6.000 toneladas/año, esto es, unos 40.000 barriles de petróleo se dejarán de importar anualmente.

-Reducción de emisiones a la atmósfera: 18.700 tn/año de dióxido de carbono, 100 tn/año de dióxido de azufre y 400 tn/año de óxidos de nitrógeno.

-Mejora de la calidad del aire en la Isla.

Se trata de un proyecto complejo, que se ejecuta por etapas,  y que permitirá que la Isla de El Hierro avance en su objetivo de desarrollo sostenible. Esta experiencia puede convertirse en un referente de sostenibilidad para otros territorios insulares y no insulares.

Según los últimos datos publicados, apenas dos años después de su puesta en marcha, en 2016 la Central Hidroeólica permitió abastecer a casi el 42% de la demanda eléctrica de El Hierro con energías renovables.

Para más información:

Cabildo de El Hierro.

Gorona del Viento El Hierro.