La Carta de la Tierra y la integridad ecológica

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La Carta de la Tierra, aprobada hace dos décadas en la sede de la UNESCO en París, sigue siendo un documento imprescindible como guía para la acción hacia la sosteniblidad del planeta.

Con el firme propósito de que el planeta Tierra sea verdaderamente nuestro hogar, la Carta de la Tierra propone cuatro ámbitos de actuación, desarrollados a través de 16 principios. Uno de esos ámbitos es la integridad ecológica, que queda desarrollada en los principios 5 a 8.

A continuación se presentan las principales medidas que pueden extraerse de los cuatro principios de la Carta de la Tierra que defienden la integridad ecológica del planeta. 

Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra, con especial preocupación por la diversidad biológica y los procesos naturales que sustentan la vida (Principio 5).

  • Adoptar planes de desarrollo sostenible y regulaciones, que incluyan la conservación y la rehabilitación ambientales.
  • Preservar las reservas naturales terrestres y marinas, para mantener la biodiversidad y la herencia natural.
  • Recuperar especies y ecosistemas que se encuentren en peligro.
  • Controlar los organismos exógenos o genéticamente modificados que sean dañinos.
  • Gestionar de forma sostenible los recursos naturales renovables (agua, tierra, bosques, vida marina).
  • Gestionar de forma sostenible los recursos no renovables (minerales, combustibles fósiles) para evitar su agotamiento y daños ambientales.

Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental y cuando el conocimiento sea limitado, proceder con precaución (Principio 6).

  • Evitar toda posibilidad de daños ambientales graves o irreversibles.
  • Hacer que los responsables asuman las consecuencias de reparar el daño ambiental que han causado.
  • Considerar en la toma de decisiones las consecuencias acumulativas, a largo plazo, indirectas, de larga distancia y globales de las actividades humanas.
  • Prevenir cualquier tipo de contaminación medioambiental.
  • Evitar actividades militares dañinas para el medio ambiente.

Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario (Principio 7).

  • Gestionar los residuos procedentes de los sistemas de producción y consumo siguiendo el principio de las 3R: reducir, reutilizar y reciclar.
  • Realizar un uso eficiente de la energía y aumentar la participación de las energías renovables (solar, eólica…).
  • Promover las tecnologías ambientalmente sanas.
  • Incluir los costes  ambientales y sociales de los bienes y servicios en su precio de venta y presentarlos con indicativos de sostenibilidad para informar al consumidor.
  • Garantizar el acceso universal a la salud.
  • Adoptar formas de vivir basadas en la calidad de vida y en la suficiencia material.

Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y promover el intercambio abierto y la extensa aplicación del conocimiento adquirido (Principio 8).

  • Apoyar la cooperación internacional científica y técnica sobre sostenibilidad.
  • Preservar el conocimiento y la sabiduría tradicionales en las culturas que contribuyen a la protección ambiental y al bienestar humano.
  • Asegurar que la información de vital importancia para la salud humana y la protección ambiental esté disponible en la población.

Para leer más:

Carta de la Tierra

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Una cita con el desarrollo sostenible y la niña Severn Suzuki

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En 1992 se celebró en Río de Janeiro la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (también conocida como Cumbre de la Tierra), que marcó un hito histórico porque el concepto de desarrollo sostenible va a tomar una proyección internacional hasta entonces desconocida.

Durante la celebración de la Cumbre de la Tierra, el día 11 de junio una niña canadiense de doce años, llamada Severn Cullis-Suzuki, toma la palabra en representación de ECO, una organización infantil por el medio ambiente. 

Con el discurso de Severn Suzuki se alza la voz de los niños, de las generaciones futuras, de los animales y de los ecosistemas que se vez cada vez más amenazados.

«Al venir aquí hoy no escondo mis intenciones: estoy luchando por mi futuro. Perder mi futuro no es como perder unas elecciones o perder puntos en bolsa.

He venido a hablar por todas las generaciones venideras.

He venido a hablar en nombre de todos los niños que pasan hambre en el mundo y cuyo llanto no oye nadie.

He venido a hablar por los incontables animales que están muriendo por todo el planeta, porque ya no tienen adónde ir».

(…)

«Todo esto ocurre ante nuestros ojos y, sin embargo, seguimos actuando como si tuviéramos todo el tiempo del mundo y todas las soluciones.

Yo soy solo una niña y no tengo todas las soluciones, pero ¡quiero que vean que ustedes tampoco! No saben arreglar los agujeros de nuestra capa de ozono. No saben hacer que los salmones remonten un arroyo muerto. No saben devolver a la vida a un animal extinto. Y no pueden recuperar los bosques que crecían donde ahora hay desiertos.

Si no saben arreglarlo, por favor, ¡dejen de estropearlo!».

(…)

«Yo soy solo una niña, pero sé que si todo el dinero que se gasta en guerras se gastara en buscar soluciones medioambientales, en poner fin a la pobreza y en lograr acuerdos, ¡la Tierra sería un lugar maravilloso!».

Para leer más:

Severn Cullis-Suzuki: Hagan que sus acciones reflejen sus palabras. Akiara, Barcelona, 2019.

 

 

El desarrollo humano en los países del mundo

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Trondheim, Noruega.

Como alternativa al comúnmente utilizado indicador de Producto Interior Bruto per cápita, el enfoque del desarrollo humano nos da una aproximación más completa del verdadero desarrollo de los países.

El nivel de desarrollo de un país o región está condicionado no sólo por los ingresos de sus habitantes sino también por ámbitos tan importantes para el ser humano como la salud y la educación.

En esencia, el desarrollo humano lo conforman tres dimensiones básicas que son susceptibles de ser evaluadas a través de indicadores:

  1. Salud. Se toma como indicador para su evaluación la Esperanza de vida al nacer.
  2. Educación. Se evalúa a través de dos indicadores: Años de escolaridad esperados y Promedio de años de escolaridad.
  3. Nivel de vida. Para evaluar los progresos respecto a un nivel de vida decente se emplea como indicador la Renta Nacional Bruta per cápita (2011 PPP $).

A partir de estos cuatro indicadores se calculan los tres índices normalizados que corresponden a las dimensiones de salud, educación y nivel de vida, y con los que, aplicando la media geométrica, se construye el Índice de Desarrollo Humano (IDH).

Desde 1990 el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) viene publicando su Informe sobre Desarrollo Humano en el que analiza, sobre la base de datos empíricos, el nivel de desarrollo de los países del planeta. En la edición de 2019 de dicho informe se recogen los resultados del IDH, correspondiente a 2018, para un total de 189 países del mundo.

Dentro del grupo de países con mayor Índice de Desarrollo Humano se encuentra, en primer lugar, Noruega, con una puntuación de 0,954. Se trata de un país que, a pesar de no ser el de mayor renta per cápita del mundo, ya que toma la posición sexta en la dimensión de nivel de vida, logra alcanzar, dados los buenos resultados en salud y educación, el primer puesto en desarrollo humano. Como contraste, el Estado de Catar, cuyo alto nivel de renta per cápita (110.489 dólares) lo lleva a tomar la primera posición mundial, presenta un nivel de desarrollo humano (0,848) que lo relega a la posición 41, dada su peor situación relativa en los ámbitos de educación y salud.

Tras Noruega, le siguen con mayores puntuaciones del IDH Suiza, Irlanda, Alemania, Hong Kong (China SAR), Australia, Islandia, Suecia, Singapur y Países Bajos, todos ellos con un valor del IDH superior a 0,93. Cierra el grupo de los 25 países con mayor IDH España (0,893), cuya posición en nivel de desarrollo humano (25) es superior a la que toma en renta per cápita (33).

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En el otro extremo, se encuentra Níger con el menor nivel de desarrollo humano de los 189 países del mundo para los que se ha contado con datos. El valor de su IDH (0,377) es 2,5 veces inferior al de Noruega (0,954), el país con mayor nivel de desarrollo humano. La posición de Níger en desarrollo humano (189) es similar a la que ocupa en la dimensión de nivel de vida o renta per cápita (186).

Le siguen, dentro del grupo de países con menor IDH, República Centroafricana, Chad, Sudán del Sur, Burundi, Malí, Eritrea, Burkina Faso, Sierra Leona, Mozambique y República Democrática del Congo, todos ellos del continente africano, con un valor del IDH inferior a 0,460.

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Para más información:

UNDP: Human Development Report 2019.

La Carta Mundial de la Naturaleza: medidas para la conservación

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En octubre de 1982 vio la luz la Carta Mundial de la Naturaleza, un documento aprobado en en seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas que requiere un mayor compromiso por parte de los Estados y la sociedad en general. Hoy, casi cuatro décadas después, sigue siendo ineludible procurar la preservación de la Naturaleza ante las diversas y crecientes amenazas que atraviesa.

La Carta Mundial de la Naturaleza de 1982 nos aporta unas convicciones fundamentales sobre la necesaria armonía que ha de existir entre el hombre y la naturaleza, y una serie de principios generales de conservación. Para el adecuado cumplimiento de estos principios la Carta propone la aplicación de distintas medidas, entre las que se encuentran las siguientes:

1. Integrar la conservación de la naturaleza en la planificación y realización de las actividades del desarrollo social y económico.

2. Utilizar de forma eficiente los recursos naturales, evitar su despilfarro y fomentar el reaprovechamiento y el reciclaje.

3. Evitar la descarga de sustancias contaminantes en los sistemas naturales.

4. Incorporar los principios enunciados en la Carta, según corresponda, en el derecho y la práctica de cada Estado y adoptarlos también a nivel internacional.

5. Difundir ampliamente por todos los medios, en especial por la enseñanza ecológica, que será parte de la educación general, los conocimientos relativos a la naturaleza.

6. Incluir en toda planificación, entre sus elementos esenciales, la elaboración de estrategias de conservación de la naturaleza, el establecimiento de inventarios de los ecosistemas y la evaluación de los efectos que hayan de surtir sobre la naturaleza las políticas y actividades proyectadas, así como los procesos de información y participación de la población.

7. Asegurar la disponibilidad de los medios financieros, los programas y las estructuras administrativas necesarias para alcanzar los objetivos de la conservación de la naturaleza.

8. Trabajar para profundizar el conocimiento de la naturaleza mediante la investigación científica y divulgar ese conocimiento sin restricción alguna.

9. Seguir muy de cerca el estado de los procesos naturales, los ecosistemas y las especies a fin de que se pueda descubrir lo antes posible cualquier deterioro o amenaza, tomar medidas oportunas y facilitar la evaluación de las políticas y técnicas de conservación.

10. Evitar las actividades militares perjudiciales para la naturaleza.

11. Cooperar en la tarea de conservar la naturaleza con actividades conjuntas entre los distintos agentes (administraciones públicas, particulares, empresas…)

12. Establecer normas relativas a los productos y a los procedimientos de fabricación que puedan tener efectos perjudiciales sobre la naturaleza.

13. Aplicar las disposiciones jurídicas internacionales pertinentes que propendan a la conservación de la naturaleza o a la protección del medio ambiente.

Para más información:

Carta Mundial de la Naturaleza. 28 de octubre de 1982

La Carta Mundial de la Naturaleza: convicciones fundamentales

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En el año 1982 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Carta Mundial de la Naturaleza. Se trata de un documento que aunque no vincula jurídicamente sí conlleva una obligación moral incuestionable para los Estados firmantes y para la humanidad en su conjunto. 

Ya desde su preámbulo en la Carta se exponen unas convicciones fundamentales que son el reconocimiento expreso de la necesaria armonía que ha de existir entre el hombre y la naturaleza, así como de la imperiosa defensa de las diversas formas de vida. Son ideas que devienen cada vez más prioritarias a la vista de la evolución que ha tomado el planeta durante todos estos años.

1. Somos parte de la naturaleza

«La especie humana es parte de la naturaleza y la vida depende del funcionamiento ininterrumpido de los sistemas naturales que son fuente de energía y de materia nutritivas»

2. Las raíces de la civilización

«La civilización tiene sus raíces en la naturaleza, que moldeó la cultura humana e influyó en todas las obras artísticas y científicas, (…) la vida en armonía con la naturaleza ofrece al hombre posibilidades óptimas para desarrollar su capacidad creativa, descansar y ocupar su tiempo libre»

3. La vida es única

«Toda forma de vida es única y merece ser respetada, cualquiera que sea su utilidad para el hombre, y con el fin de reconocer a los demás seres vivos su valor intrínseco, el hombre ha de guiarse por un código de acción moral»

4. La acción humana

«El hombre, por sus actos o las consecuencias de éstos, dispone de los medios para transformar a la naturaleza y agotar sus recursos y, por ello, debe reconocer cabalmente la urgencia que reviste mantener el equilibrio y la calidad de la naturaleza y conservar los recursos naturales»

5. Biodiversidad y sobreexplotación

«Los beneficios duraderos que se pueden obtener de la naturaleza dependen de la protección de los procesos ecológicos y los sistemas esenciales para la supervivencia y de la diversidad de las formas de vida, las cuales quedan en peligro cuando el hombre procede a la explotación excesiva o destruye los hábitats naturales»

6. Naturaleza y paz

«La competencia por acaparar recursos escasos es causa de conflictos, mientras que la conservación de la naturaleza y de los recursos naturales contribuye a la justicia y el mantenimiento de la paz…»

7. Sostenibilidad

«El hombre debe adquirir los conocimientos necesarios a fin de mantener y desarrollar su aptitud para utilizar los recursos naturales en forma tal que se preserven las especies y los ecosistemas en beneficio de las generaciones presentes y futuras»

Tras estas convicciones básicas la Carta Mundial de la Naturaleza se desarrolla en 24 artículos, que se estructuran en principios generales de conservación, en funciones y en la aplicación de los principios.

Para más información:

Carta Mundial de la Naturaleza. 28 de octubre de 1982

El bienestar como derecho humano universal

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El ser humano ha perseguido a través de los tiempos el bienestar que le asegure a sí mismo y a su familia unas condiciones de vida dignas. Dicho anhelo ha sido reconocido a nivel internacional como un derecho humano fundamental, gracias a la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada por las Naciones Unidas en el año 1948.

Como expresa la Declaración todas las personas formamos parte de la llamada familia humana, y como tales personas contamos con una dignidad intrínseca que conlleva el reconocimiento de derechos iguales e inalienables.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se estructura en 30 artículos y un preámbulo, recoge diversos derechos que son considerados fundamentales para el ser humano. Son derechos de carácter personal y comunitario; derechos de pensamiento, conciencia, religión y libertades políticas, y derechos económicos, sociales y culturales.

Entre los derechos económicos se proclama el derecho a que todo ser humano pueda disponer de un nivel de vida adecuado. Para ello, como queda expresado en el artículo 25 de la Declaración, es necesario reconocer y hacer efectivo el derecho que tienen todas las personas del planeta a contar con todos aquellos recursos básicos que procuran el bienestar humano: alimentación, vestido, vivienda, asistencia médica, servicios y prestaciones sociales…

Articulo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

Para más información:

Resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948, de la Asamblea General de las Naciones Unidades por la que se adopta y proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

España y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2018)

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Fuente: SDN y Bertelsmann Stiftung: SDG Index and Dashboards Report 2018.

En 2015 Naciones Unidas puso en marcha la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Con el fin de conocer su grado de cumplimiento, se dispone del índice ODS que permite evaluar los progresos en la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que van alcanzando los países del planeta.

En su edición de 2018 el Informe de SDN y Bertelsmann Stiftung (SDG Index and Dashboards Report 2018) nos revela que de un total de 156 países del mundo para los que se ha contado con datos suficientes, España toma la posición 25 en términos de cumplimiento global de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos en la Agenda 2030.  Para dicho año 2018 el valor del índice ODS de España se cifra en 75,4 sobre un máximo de 100.

En un análisis más pormenorizado del índice ODS, los resultados obtenidos por objetivos muestran que para 5 de los 17 ODS España se sitúa entre los 25 países del planeta con mayor puntuación.

Así, los mejores resultados relativos, en un contexto mundial, los alcanza España en los siguientes ODS:

  • Energía asequible y no contaminante (ODS7), para el que se sitúa en la posición  número 12, con un valor de 90,6 sobre 100.
  • Salud y bienestar (ODS3), objetivo para el que España se encuentra en el puesto número 15 (valor 93,8).
  • Igualdad de género (ODS5), en la posición 16 (valor 82,6).
  • Ciudades y comunidades sostenibles (ODS11), en el puesto número 17 (valor 87,9).
  • Industria, innovación e infraestructura (ODS9), para el que toma la posición 23 (valor 67,9).

Por el contrario, los objetivos para los que España toma los peores resultados relativos son los siguientes:

  • Producción y consumo responsables (ODS12) que, con un valor de 61,2 sobre 100, hace que España se sitúe en la posición 119 a nivel mundial respecto a este ODS.
  • Vida submarina (ODS14), objetivo para el que, con un valor de 47,5, toma la posición 104.
  • Alianzas para lograr los objetivos, con un valor de 55,0, que sitúa a España también en la posición 104.
  • Vida de ecosistemas terrestres (ODS15) para el que, con un valor de 56,6, toma la posición 98.
  • Fin de la pobreza (ODS 1), objetivo que, aun tomando un valor de 98,7, coloca a España en la posición número 76 a nivel mundial.

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De forma complementaria al índice ODS, del que se concluye que España se encuentra en el grupo de países que presentan una situación relativa alta en el contexto mundial respecto al cumplimiento de la Agenda 2030, el informe de 2018 aporta también un análisis de panel de los ODS que valora el mayor o menor grado de cumplimiento de cada Objetivo, así como su tendencia, mediante una asignación de colores (verde, amarillo, naranja y rojo).

De la evaluación del panel de los ODS de España se pueden extraer las siguientes conclusiones principales:

  • España no ha cumplido aún ninguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ausencia de ODS en color verde).
  • Para cinco objetivos (en color amarillo), España presenta aún algunos retos que resolver, si bien, en general, se encuentra en la senda de alcanzar los valores deseados para 2030: Fin de la pobreza (ODS1), Salud y bienestar (ODS3), Igualdad de género (ODS5), Agua limpia y saneamiento (ODS6) y Energía asequible y no contaminante (ODS7).
  • De los 17 ODS, en ocho (con color naranja)  España afronta retos significativos para llegar a cumplir con la Agenda 2030. Son los siguientes: Hambre cero -que abarca también lograr la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y promover una agricultura sostenible- (ODS2); Educación de calidad (ODS4); Trabajo decente y crecimiento económico (ODS8); Reducción de las desigualdades (ODS10); Ciudades y comunidades sostenibles (ODS11); Vida de ecosistemas terrestres (ODS15); Paz, justicia e instituciones sólidas (ODS16), y Alianzas para lograr los objetivos (ODS17).
  • Finalmente, en cuatro ODS (en rojo) España se enfrenta a los mayores retos para cumplir con la Agenda 2030: Industria, innovación e infraestructura (ODS9), Producción y consumo responsables (ODS12), Acción por el clima (ODS13) y Vida submarina (ODS14).
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Fuente: SDN y Bertelsmann Stiftung: SDG Index and Dashboards Report 2018.

Asimismo, en un análisis de tendencia, la ficha de los ODS de España nos revela que este país está mostrando, según los últimos datos disponibles, una tendencia favorable en el cumplimiento de cinco objetivos de la Agenda 2030: salud y bienestar, igualdad de género, agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, y acción por el clima. Por el contrario, se advierte de que España está retrocediendo respecto a los objetivos de reducción de la desigualdades y de alianzas para lograr los ODS.

Para más información:

2018 SDG Index and Dashboards

Evaluando la acción por el clima (ODS13) de la Agenda 2030

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La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, puesta en marcha por Naciones Unidas en 2015, establece compromisos concretos para un conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que abarcan la triple dimensión social, económica y medioambiental. Uno de esos objetivos es el ODS13 (Acción por el clima), que queda definido en los siguientes términos:

«Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, reconociendo que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático es el principal foro intergubernamental internacional para negociar la respuesta mundial al cambio climático»

Este objetivo compromete a los países del planeta a adoptar medidas, como las siguientes, que están recogidas en la Agenda 2030:

  • Fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales.
  • Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales.
  • Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto a la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana.

El informe SDG Index and Dashboards Report 2018, elaborado por  SDSN y Bertelsmann Stiftung realiza, a través del empleo de indicadores, un esfuerzo de evaluación de los progresos que van alcanzando los países respecto a los 17 ODS. Para dicha evaluación utiliza una metodología de índices sintéticos, cuyos valores pueden oscilar entre 0, cuando el país se encuentra en la peor situación, y 100, cuando, por el contrario, el país se encuentra en la mejor posición respecto al cumplimiento de la Agenda 2030.

Los resultados obtenidos para el ODS13 (Acción por el clima) muestran que de los 156 países para los que se dispone de datos, los mejor situados en el cumplimiento de dicho objetivo son Yemen (95,9), Moldavia (95,8) y Costa de Marfil (95,6). Les siguen, a continuación, Camerún (94,8), Guinea (94,5), Hungría (94,1), Haití (93,5), Bután (93,4) y República del Congo (93,3). Todos ellos, a excepción de Hungría, son países con niveles bajo o bajo-medio de PIB per capita.

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Por el contrario, la situación relativa más desfavorable respecto al cumplimiento del objetivo de Acción por el clima corresponde a Australia (23,3), seguido de Emiratos Árabes (31,6), Catar (43,6) y Kuwait (43,8 ambos). Los cuatro pertenecen al grupo de países que disfrutan de altos niveles de PIB per capita.

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Para más información:

2018 SDG Index and Dashboards

Evaluando la sostenibilidad de la producción y el consumo (ODS12)

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La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, puesta en marcha por Naciones Unidas en 2015, establece compromisos concretos para un conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que abarcan la triple dimensión social, económica y medioambiental. Uno de esos objetivos, el ODS12, se refiere a la producción y el consumo, quedando definido en la Agenda 2030 en estos términos:

«Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles»

La consecución del ODS12 compromete a los países del planeta a adoptar medidas como las siguientes recogidas en la Agenda 2030:

  • Lograr la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales, de aquí a 2030.
  • De aquí a 2030, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per capita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha.
  • De aquí a 2020, lograr la gestión ecológicamente racional de los productos químicos y de todos los desechos a lo largo de su ciclo de vida, y reducir significativamente su liberación a la atmósfera, el agua y el suelo a fin de minimizar sus efectos en la salud humana y el medio ambiente.
  • Reducir considerablemente la generación de residuos mediante actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización, de aquí a 2030.
  • Alentar a las empresas a que adopten prácticas sostenibles e incorporen información sobre la sostenibilidad en su ciclo de presentación de informes.
  • Promover prácticas de adquisición pública que sean sostenibles.
  • De aquí a 2030, asegurar que las personas de todo el mundo tengan la información y los conocimientos pertinentes para el desarrollo sostenible y los estilos de vida en armonía con la naturaleza.
  • Ayudar a los países en desarrollo a fortalecer su capacidad científica y tecnológica para avanzar hacia un consumo y producción sostenibles.
  • Elaborar y aplicar instrumentos para lograr un turismo sostenible que cree empleo y promueva la cultura y los productos locales.
  • Racionalizar los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles.

Los indicadores empleados en el informe elaborado por  SDSN y Bertelsmann Stiftung: SDG Index and Dashboards Report 2018 permiten evaluar los progresos que van alcanzando los países respecto a los 17 OD. Los resultados obtenidos en su edición de 2018 nos aproximan a conocer cuál es la situación de la producción y el consumo en términos de sostenibilidad, país por país, y en qué grado se van alcanzando las metas establecidas en la Agenda 2030.

Para dicha evaluación se utiliza una metodología de índices sintéticos, cuyos valores pueden oscilar entre 0, cuando el país se encuentra en la peor situación, y 100, cuando, por el contrario, el país se encuentra en la mejor posición respecto al cumplimiento de los ODS.

Así, respecto al ODS12 (Producción y consumo sostenibles) los resultados obtenidos concluyen que de los 156 países para los que se dispone de datos, los mejor situados en el cumplimiento de dicho objetivo son países de bajo PIB per capita localizados en África y Asia: Gambia (93,7), Mozambique (84,8), Nepal  (84,5), Malaui (83,9), Burundi (83,1), Liberia (82,9), Togo (82,4), y Sierra Leona, Ruanda y Filipinas (82,2 los tres).

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Por el contrario, la situación relativa más desfavorable respecto a la sostenibilidad de la producción y el consumo la presenta países de alto PIB per capita, Kuwait (28,9), seguido de Luxemburgo (34,4), Noruega (36,1), Estados Unidos (36,9) y Suiza (37,0). A continuación se encuentra un grupo de países también de PIB per capita mayoritariamente alto: Chipre (39,6), Singapur (43,3), Guyana (43,7) y Emiratos Árabes (44,1).

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Para más información:

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Evaluando la sostenibilidad de las ciudades y comunidades (ODS11)

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Basilea, Suiza

En 2015 las Naciones Unidas puso en marca un ambicioso plan de carácter mundial: La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Este documento establece compromisos que se concretan en un conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que comprenden las tres dimensiones del desarrollo: social, económica y medioambiental. Uno de esos objetivos es el ODS11 dedicado a Ciudades y comunidades sostenibles.

En la Agenda 2030 el ODS11 queda definido en los siguientes términos:

«Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles»

La consecución del ODS11 compromete a los países del planeta a adoptar medidas como las siguientes:

  • Asegurar el acceso de todas las personas a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles y mejorar los barrios marginales.
  • Proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, accesibles y sostenibles para todos y mejorar la seguridad vial, en particular mediante la ampliación del transporte público.
  • Aumentar la urbanización inclusiva y sostenible.
  • Redoblar los esfuerzos para proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y natural.
  • Reducir significativamente el número de muertes causadas por los desastres.
  • Reducir el impacto ambiental negativo per cápita de las ciudades, con especial atención a la calidad del aire y la gestión de los residuos.
  • Proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles.

Para evaluar los progresos que van alcanzando los países respecto a los 17 ODS, disponemos de la amplia batería de indicadores empleados en el informe elaborado por  SDSN y Bertelsmann Stiftung: SDG Index and Dashboards Report 2018. Los resultados obtenidos en su edición de 2018 nos aproximan a conocer cuál es la situación de las ciudades y comunidades del planeta, país por país, y en qué grado se van alcanzando las metas establecidas en la Agenda 2030.

Para dicha evaluación se utiliza una metodología de índices sintéticos, cuyos valores pueden oscilar entre 0, cuando el país se encuentra en la peor situación, y 100, cuando, por el contrario, el país se encuentra en la mejor posición respecto al cumplimiento de los ODS. Hay que tener en cuenta que en el caso del ODS11 el índice sintético se ha construido a partir únicamente de tres indicadores disponibles, que son los siguientes:

  • Concentración anual media de partículas de menos de 2,5 micrones de diámetro en zonas urbanas (mg/m3).
  • Porcentaje de población con acceso a agua potable.
  • Grado de satisfacción de la población con el transporte público.

Los resultados obtenidos para el ODS11 (Ciudades y comunidades sostenibles) concluyen que de los 156 países para los que se dispone de datos, los mejor situados en el cumplimiento de dicho objetivo son Suiza (97,3), Luxemburgo (95,4) y Singapur (94,9). Les siguen, a continuación, tres países del continente europeo: Reino Unido (91,2), Finlandia y Alemania (ambos 91,1). Todos ellos, no obstante, han de afrontar algunos retos si quieren cumplir con este objetivo de la Agenda 2030.

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Por el contrario, el país con la situación relativa más desfavorable respecto al grado de sostenibilidad de sus ciudades y comunidades es Mauritania (26,4), seguido de República Centroafricana y Haití (32,0 ambos).

A continuación se sitúa un país de alta renta per cápita, Catar (35,7), seguido Liberia (35,9), Afganistán y Bangladesh (39,4 ambos), y Camerún (39,5).

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Para más información:

2018 SDG Index and Dashboards