La satisfacción general con la vida en los países de la UE (2024)

Viene siendo habitual que la evaluación del desarrollo de los países se vincule fundamentalmente al análisis de la evolución de la variable del PIB (Producto Interior Bruto), a pesar de conocerse que éste de lo que realmente nos informa es del valor monetario de todos los bienes y servicios de mercado producidos en una economía.

Contamos, no obstante, con otros enfoques e indicadores diferentes al tradicional PIB, no tan conocidos, que se aproximan de forma más realista a evaluar el progreso de las sociedades y la calidad de vida de sus ciudadanos. Uno de estos indicadores es el de satisfacción general con la vida, cuya valoración la otorgan los propios ciudadanos de acuerdo con su percepción personal revelada a través de encuestas.

La medida de satisfacción general con la vida es un indicador de bienestar subjetivo que suele comprender la valoración de tres aspectos: la satisfacción con la vida (apreciación cognitiva), los afectos (los sentimientos o estados emocionales de una persona, positivos o negativos) y la eudemonía (la sensación de tener propósito en la vida y una buena estabilidad sicológica).

En el contexto europeo, contamos con los datos que publica la Oficina Europea de Estadística de la UE (Eurostat) que nos permiten analizar la valoración que tienen los ciudadanos europeos sobre la satisfacción general de sus vidas.

Así, partiendo de una escala comprendida entre 0 (muy insatisfecho) y 10 (muy satisfecho), los últimos resultados correspondientes al año 2024 nos revelan que los ciudadanos de la UE valoran, en promedio, en 7,2 puntos su satisfacción general con la vida.

En una comparativa temporal, los datos publicados nos constatan que ha disminuido la satisfacción general con la vida de los ciudadanos comunitarios entre 2018 y 2024, al reducirse su puntuación media de 7,3 a 7,2 entre dichos años.

En un análisis por países, los resultados obtenidos en 2024 expresan también que existen divergencias respecto la valoración de la satisfacción general con la vida entre los veintisiete Estados miembros.

Así, el país con mayor grado de satisfacción general con la vida en 2024 es Finlandia (7,8), seguido de Eslovenia (7,7), Rumanía (7,7), Polonia (7,6), Austria (7,6), Países Bajos (7,6), Dinamarca (7,6) y Bélgica (también 7,6). 

En el extremo contrario, los menores niveles de satisfacción general con la vida los declaran en 2024 los ciudadanos de Bulgaria (6,2), Grecia (6,7), Letonia (6,9) y Alemania (7,0).

Desde una aproximación temporal, respecto al año 2018 cinco países destacan por registrar los mayores aumentos de su satisfacción general con la vida en 2024: Croacia (+0,9 puntos), Lituania (+0,8), Bulgaria (+0,8), Portugal (+0,6) y Hungría (+0,6), según los últimos datos de Eurostat. Por el contrario, se han registrado las mayores pérdidas de satisfacción con la vida en Irlanda (-0,6 puntos), Alemania (-0,4), Austria (-0,4) y Suecia (-0,4).

Los resultados obtenidos nos muestran asimismo un hecho importante: que un país tenga un alto PIB per cápita no es necesariamente determinante para que su población disfrute de un alto grado de satisfacción con la vida.

En países como Rumanía y Polonia, que tienen un PIB per cápita (pps) inferior a la media de la UE (un -22% y un -23%, respectivamente, en 2023), sus ciudadanos declaran unos niveles de satisfacción con la vida que superan claramente la media de la UE. En el otro extremo, de acuerdo también con Eurostat, en Alemania, un país cuyo PIB per cápita (pps) supera en un 16% el promedio de la UE, sus ciudadanos son, tras los de Bulgaria, Grecia y Letonia, los que menor puntuación han dado a la satisfacción general con la vida en el año 2024.

Para más información:

Eurostat

Hacia un sistema alimentario sostenible y saludable en la UE

Desde hace ya algunas décadas estamos siendo partícipes de un sistema alimentario que nos devuelve múltiples problemas. Seguimos unos patrones de producción y consumo de alimentos que no nos acercan a mejorar nuestra calidad de vida ni propician unas relaciones armónicas con la naturaleza, bien al contrario.

En las sociedades occidentales, como la europea, se extienden los problemas derivados de dietas alimenticias poco saludables, basadas en alimentos transformados, y procedentes de una actividad agraria de orientación fundamentalmente productivista que depende en exceso de plaguicidas, fertilizantes y antimicrobianos. La obesidad en la población europea sigue con su tendencia de crecimiento continuado, lo que provoca un aumento de las enfermedades relacionadas con dietas poco saludables. Al mismo tiempo un importante porcentaje de los alimentos producidos, en torno al 20%, se convierte en desperdicios. El sector agrario, si bien ha disminuido con los años sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), mantiene una huella medioambiental y climática importante. Además, las actividades anexas al sector primario, como la transformación, la comercialización, el envasado y la distribución de alimentos, contribuyen también a la contaminación del aire, el suelo y el agua, y tienen un gran impacto sobre la biodiversidad.

Se hace necesario, pues, el tránsito hacia un sistema alimentario coherente que consiga elevar y reforzar sus beneficios ambientales, sanitarios y sociales. Con este fin en el año 2020 la Comisión Europea aprobó la Estrategia “de la granja a la mesa” para un sistema justo, saludable y respetuoso con el medio ambiente.

Esta Estrategia se erige como una herramienta importante del Pacto Verde Europeo, que la Comisión Europea aprobó en 2019 para afrontar los desafíos del clima y del medio ambiente y poner la economía en la senda de la sostenibilidad de modo que alcance a ser neutra en GEI en el año 2050. Al mismo tiempo, la Estrategia se alinea con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada por la ONU en 2015, en concreto a través de su ODS 2 (Acabar con el hambre, lograr la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y promover una agricultura sostenible).

A grandes rasgos, la Estrategia “de la granja a mesa” de la UE persigue los siguientes tres grandes objetivos:

1. Garantizar que la cadena alimentaria (producción, transporte, distribución, comercialización y consumo de alimentos) propicie un impacto medioambiental neutro o positivo.

Se trata de fomentar que los agricultores, ganaderos, pescadores y acuicultores transformen sus métodos de producción, haciéndolos sostenibles, con bajos o nulos impactos sobre el medio ambiente y el clima. Para ello se hace necesario, por ejemplo, reducir y optimizar el uso de plaguicidas y fertilizantes, minimizar las emisiones de GEI, que contaminan el suelo, el agua y aire, y contribuyen a la pérdida de biodiversidad, y aprovechar más las energías renovables (biogás, energía solar…). En concreto, algunas de las medidas propuestas en la Estrategia por la Comisión Europea son las siguientes:

    -Reducir el uso y el riesgo globales de los plaguicidas químicos en un 50% de aquí a 2030.

    -Reducir el uso de fertilizantes en al menos un 20% de aquí a 2030, para afrontar las reducciones necesarias de la carga de nutrientes en el medio ambiente, y fomentar el reciclado de residuos orgánicos como fertilizantes renovables.

    -Reducir a venta general de antimicrobianos en la UE para animales de granja y de acuicultura en un 50% de aquí a 2030.

    -Continuar fomentando la agricultura sostenible, de modo que el 25% de las tierras agrícolas de la UE se utilicen en agricultura ecológica de aquí a 2030.

    -Reforzar la vigilancia de la importación y el control de vegetales en el territorio de la Unión, ante las nuevas amenazas fitosanitarias.

    -Propiciar un mayor bienestar animal, para mejorar la salud de los animales y la calidad de los alimentos, lo que reduce a su vez la necesidad de medicación y contribuye a preservar la biodiversidad.

    -Intensificar los esfuerzos para que las poblaciones de peces se sitúen en niveles sostenibles.

    2. Garantizar la seguridad alimentaria, la nutrición y la salud pública.

    El sistema alimentario sostenible propuesto en la Estrategia también debe garantizar que la población disponga en todo momento de un suministro suficiente y variado de “alimentos inocuos, nutritivos, asequibles y sostenibles”.

    La cadena de valor alimentaria, dada su complejidad y número de agentes que intervienen en ella, se enfrenta a amenazas inminentes y duraderas como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la aparición de nuevas plagas.

    Por ello cobra especial importancia el apoyo a los trabajadores agroalimentarios, tomando en consideración la protección social, las condiciones de trabajo y vivienda, así como la protección de la salud y la seguridad.

    La Comisión elaborará un plan de contingencia para garantizar el suministro de alimentos y la seguridad alimentaria que se deberá activar en tiempos de crisis.

    3. Preservar la asequibilidad de los alimentos, fomentando que los alimentos más sostenibles sean también los más asequibles para la población.

    Para transitar hacia un sistema alimentario sostenible, es preciso que todos los agentes económicos que intervienen en la producción, distribución y comercialización de los alimentos que se ofrecen a los consumidores modifiquen sus prácticas empresariales. A este fin la Comisión elaborará un “código de conducta de la UE para una práctica empresarial y de comercialización responsable, acompañado de un marco de seguimiento”.

    En suma, se persigue que las empresas agroalimentarias incorporen la sostenibilidad en su actividad. Algunas de las medidas propuestas son las siguientes:

    -Reformulación de los productos orientándolos para dietas saludables y sostenibles.

    -Reducción de la huella ambiental y aumento de la eficiencia energética.

    -Modificación de las estrategias de comercialización y publicidad. Por ejemplo, evitar las campañas de comercialización que anuncian carne a precios muy bajos o restringir la promoción de alimentos con alto contenido en grasas, azúcares o sal.

    -Reducción de los envases y utilización de materiales reutilizables y reciclables.

    -Contribuir a la reducción del desperdicio de alimentos. La Comisión se ha comprometido a reducir a la mitad el desperdicio de alimentos por habitante en el comercio minorista y por los consumidores de aquí a 2030.

    -Aumentar la resiliencia de los sistemas alimentarios locales y regionales, para crear cadenas de suministro de corta distancia.

    -Implementar el etiquetado obligatorio armonizado sobre propiedades nutritivas en los envases para facilitar que los consumidores opten por alimentos saludables y sostenibles.

    -Aplicación de incentivos fiscales para apoyar la transición hacia un sistema alimentario sostenible, por ejemplo, para apoyar el consumo de frutas y verduras ecológicas. Al mismo tiempo los sistemas fiscales deben garantizar que el precio de los alimentos refleje sus costes reales en términos de uso de recursos naturales finitos y de impactos medioambientales (contaminación, GEI, etc.).

    Para más información:

    Comisión Europea: Estrategia «de la granja a la mesa». COM(2020) 381 final.

    Una evaluación del entorno y medioambiente en la calidad de vida de España (2023)

    Uno de los aspectos básicos que determinan la calidad de vida de las personas es, sin duda, la situación de su entorno y medioambiente.

    En el caso de España, disponemos del Indicador Multidimensional de Calidad de Vida (IMCV), que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata de un indicador sintético que se construye a partir de la agregación de un conjunto amplio pero limitado de indicadores individuales que cubren la evaluación de nueve dimensiones básicas relacionadas con la calidad de vida, entre las que se encuentra Entorno y medioambiente. Son las siguientes:

    1. Condiciones materiales de vida.
    2. Trabajo.
    3. Salud.
    4. Educación.
    5. Ocio y relaciones sociales.
    6. Seguridad física y personal.
    7. Gobernanza y derechos básicos.
    8. Entorno y medioambiente.
    9. Experiencia general de la vida.

    Desde el punto de vista metodológico la evaluación de cada una de estas dimensiones comporta la selección de los indicadores disponibles más apropiados. En el caso de la dimensión Entorno y medioambiente el INE ha escogido para su evaluación indicadores que abarcan los siguientes ámbitos:

    Los últimos datos desagregados del IMCV publicados por el INE, que corresponden al año 2023, permiten aproximarnos a evaluar la situación más actual de la dimensión Entorno y medioambiente en España y sus Comunidades y Ciudades Autónomas, así como conocer su evolución desde el año 2008.

    De acuerdo con el IMCV, en 2023 el indicador de valoración de la dimensión Entorno y medioambiente en España se situó en 102,0 puntos, esto es, 0,5 puntos más que en el año anterior. Asimismo, supera ligeramente el 101,5, que es el valor que toma el índice general de calidad de vida (IMCV) en dicho año, mejorando, en este caso, solamente 0,1 puntos respecto a 2022.

    Analizando las nueve dimensiones que comprenden el IMCV, el Entorno y medioambiente (102,0) es la tercera mejor valorada por la población española, tras Experiencia general de la vida (103,0) y Educación (110,0).

    Desde un enfoque territorial, se detectan significativas diferencias en la valoración del entorno y medioambiente, según la Comunidad Autónoma donde se resida. En 2023, los mayores valores de esa dimensión del IMCV general los presentan las Autonomías de Navarra, Castilla y León, Cantabria, La Rioja y País Vasco. Por el contrario, los menores valores para el medio ambiente los otorgan los habitantes de Ceuta, Melilla, Canarias, Galicia y Andalucía.

    Desde una perspectiva temporal, el IMCV apunta que globalmente durante el periodo comprendido entre los años 2008 y 2023, la calidad de vida en España se ha incrementado, pasando de 100 a 101,5 puntos. Por su parte, la dimensión Entorno y medioambiente ha aumentado desde 100 a 102,0 puntos en dicho periodo.

    Centrándonos en los diferentes aspectos que conforman la calidad del entorno y el medioambiente, cabe destacar que, de acuerdo con los datos del INE, durante el periodo 2008-2023, se ha producido una mejoría respecto a la exposición de la población a la contaminación del aire, mientras que, por el contrario, se ha intensificado el problema de la contaminación acústica.

    Como se aprecia en el siguiente gráfico, durante el periodo 2008-2023 la valoración de la calidad del entorno y medioambiente ha pasado por diversas fases. Se registran unos primeros años de mejoría, a los que siguen otros de estancamiento y de repunte, que se ve interrumpido por la crisis sanitaria del COVID-19, pues provoca un significativo retroceso. Sólo en 2023 se detecta una ligera recuperación que, sin embargo, no permite que la población española retorne a la situación que tenía en 2019, año previo a la pandemia. Asimismo, la mejor valoración de la dimensión Entorno y medioambiente respecto al IMCV ha tendido a estrecharse durante el periodo analizado.

    Para más información:

    Instituto Nacional de Estadística.

    Evaluando la calidad de vida en España (2023)

    La cuestión de la evaluación del desarrollo de los países ha sido tradicionalmente estudiada desde un enfoque exclusivamente productivista. Aún hoy se continúa postulando que un mayor crecimiento de la actividad económica conlleva necesariamente más desarrollo y bienestar para la población. De esta forma, el indicador del Producto Interior Bruto (PIB) ha llegado a alzarse como el indicador primordial, soslayando las incuestionables limitaciones de esta variable si queremos conocer las reales condiciones de vida de las personas.

    No obstante, con el tiempo, poco a poco, han venido apareciendo nuevas aproximaciones metodológicas de evaluación del desarrollo, entre ellas las que se centran en la calidad de vida de la población, empleando para ello un enfoque multidimensional que suele articularse a través del uso de una amplia batería de indicadores.

    En el caso de España, disponemos del Indicador Multidimensional de Calidad de Vida (IMCV), que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata de un indicador sintético que se construye a partir de la agregación de un conjunto amplio pero limitado de indicadores individuales (actualmente 55), que cubren la evaluación de diversas dimensiones relacionadas con la calidad de vida (más allá de la dimensión material o monetaria) en España. En esencia el IMCV lo conforman nueve dimensiones básicas, a las que en su agregación se les otorga igual ponderación. Son las siguientes:

    1. Condiciones materiales de vida.
    2. Trabajo.
    3. Salud.
    4. Educación.
    5. Ocio y relaciones sociales.
    6. Seguridad física y personal.
    7. Gobernanza y derechos básicos.
    8. Entorno y medioambiente.
    9. Experiencia general de la vida.

    Con una periodicidad anual, los últimos datos publicados por el INE, que corresponden al año 2023, permiten aproximarnos a evaluar la situación más actual de la calidad de vida en España y sus Comunidades y Ciudades Autónomas, así como su evolución desde el año 2008.

    De acuerdo con el IMCV, en 2023 la calidad de vida en España se situó en 101,54 puntos frente a los 101,40 del año anterior.

    Analizando las nueve dimensiones que comprenden el IMCV, las más valoradas por la población española han sido Educación, Experiencia general de la vida, Entorno y medioambiente, Trabajo y Salud. Por el contrario, se sitúan por debajo de la puntuación media (101,54 puntos en 2023) las siguientes dimensiones: Ocio y relaciones sociales, Gobernanza y derechos básicos, Condiciones materiales de vida y Seguridad física y personal.

    Desde un enfoque territorial, se detectan significativas diferencias en la calidad de vida de la población según la Comunidad Autónoma donde se resida. En 2023, los mayores valores del IMCV general los presentan las Autonomías de Navarra, La Rioja, Aragón y País Vasco y Cantabria. Por el contrario, los menores niveles de calidad de vida se registran en Ceuta, Canarias, Galicia, Andalucía y Melilla.

    Desde una perspectiva temporal, el IMCV nos apunta que globalmente durante el periodo comprendido entre los años 2008 y 2023, la calidad de vida en España se ha incrementado, pasando de 100 a 101,54 puntos.

    No obstante, como se aprecia en el siguiente gráfico, se han registrado periodos durante los que la población española ha visto empeorar su calidad de vida, en especial en dos. Primeramente, durante la Gran Recesión, los impactos de esta gran crisis económica han hecho descender el IMCV en España, en particular durante los años 2009, 2010 y 2013. Con posterioridad, en 2020 la irrupción de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19 ha lastrado la calidad de vida en España durante tres años (2020-2022). Sólo en 2023 se detecta una ligera recuperación, si bien se constata que la población española aún no ha recuperado el nivel que tenía en 2019, previo a la crisis sanitaria.

    Para más información:

    Instituto Nacional de Estadística.

    La satisfacción general con la vida en los países de la UE (2022)

    Rumanía.

    Viene siendo habitual que la evaluación del desarrollo de los países se vincule fundamentalmente al análisis de la evolución de la variable del PIB (Producto Interior Bruto), a pesar de conocerse que éste de lo que realmente nos informa es del valor monetario de todos los bienes y servicios de mercado producidos en una economía.

    Contamos, no obstante, con otros enfoques e indicadores diferentes al tradicional PIB, no tan conocidos, que se aproximan de forma más realista a evaluar el progreso de las sociedades y la calidad de vida de sus ciudadanos. Uno de estos indicadores es el de satisfacción general con la vida, cuya valoración la otorgan los propios ciudadanos de acuerdo con su percepción personal revelada a través de encuestas.

    La medida de satisfacción general con la vida es un indicador de bienestar subjetivo que suele comprender la valoración de tres aspectos: la satisfacción con la vida (apreciación cognitiva), los afectos (los sentimientos o estados emocionales de una persona, positivos o negativos) y la eudemonía (la sensación de tener propósito en la vida y una buena estabilidad sicológica).

    En el contexto europeo, contamos con los datos que publica la Oficina Europea de Estadística de la UE (Eurostat) que nos permite conocer la valoración que tienen los ciudadanos de la UE sobre la satisfacción general de sus vidas.

    Así, partiendo de una escala comprendida entre 0 (muy insatisfecho) y 10 (muy satisfecho), los últimos resultados correspondientes al año 2022 nos revelan que los ciudadanos de la UE valoran, en promedio, con 7,1 puntos su satisfacción general con la vida.

    En una comparativa temporal, los datos publicados nos constatan que ha disminuido la satisfacción general con la vida de los ciudadanos comunitarios entre 2018 y 2022, al reducirse su puntuación media de 7,3 a 7,1 entre dichos años.

    En análisis por países, los resultados obtenidos en 2022 expresan también que existen divergencias respecto la valoración de la satisfacción general con la vida entre los veintisiete Estados miembros.

    Así, los países con mayor grado de satisfacción general con la vida en 2022 son Finlandia (7,9) y Austria (7,9), seguidos de Rumanía (7,7), Países Bajos (7,7), Eslovenia (7,6), Dinamarca (7,6) y Bélgica (7,6).

    En el extremo contrario, los menores niveles de satisfacción general con la vida los declaran en 2022 los ciudadanos de Bulgaria (5,6), Alemania (6,5), Grecia (6,7), Croacia (6,8) y Letonia (6,8).

    Desde una aproximación temporal, respecto al año 2018 cuatro países destacan por haber aumentado su satisfacción general con la vida en 2022: Lituania (+0,7 puntos), Croacia (+0,5), Hungría (+0,4) y Eslovenia (+0,4), según los últimos datos de Eurostat. Por el contrario, se han registrado las mayores pérdidas de satisfacción con la vida en dos países: Alemania (-0,9 puntos) e Irlanda (-0,7).

    Los resultados obtenidos nos muestran asimismo un hecho importante: que un país tenga un alto PIB per cápita no es determinante para que su población disfrute de un alto grado de satisfacción con la vida.

    En países como Rumanía y Polonia, que tienen un PIB per cápita (pps) inferior a la media de la UE (un -25% y un -20%, respectivamente, en 2022), sus ciudadanos declaran unos niveles de satisfacción con la vida que superan claramente la media de la UE. En el otro extremo, de acuerdo también con Eurostat, en Alemania, un país cuyo PIB per cápita (pps) supera en un 17% el promedio de la UE, sus ciudadanos son, tras los de Bulgaria, los que menor puntuación han dado a la satisfacción general con la vida en el año 2022.

    Para más información:

    Eurostat

    La felicidad en los países del mundo (2024)

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    El grado de éxito de un país va más allá del valor de su PIB, indicador que se ha demostrado presenta serias limitaciones. En su lugar, existen enfoques alternativos a dicho indicador convencional, entre los que se encuentran los que proponen medidas de bienestar subjetivo o felicidad.

    Así, desde 2012 Sustainable Development Solutions Network viene publicando anualmente el Informe de Felicidad Mundial, en el que se postula que el éxito de los países ha de ser evaluado principalmente por el nivel de felicidad de sus ciudadanos.

    En concreto, la medida de felicidad recogida en estos informes se basa en tres indicadores principales sobre el bienestar subjetivo declarado por los ciudadanos encuestados: evaluaciones de vida (calidad de vida), emociones positivas (risa, disfrute, interés en aprender…) y emociones negativas (preocupación, tristeza, ira) en las experiencias diarias. La fuente principal para la obtención de esta información es la Encuesta Mundial Gallup.

    Los datos empleados corresponden al promedio de los tres años precedentes, como en informes anteriores, comprendiendo en este caso el periodo 2021-2023, marcado en buena parte por las consecuencias de la pandemia del COVID-19 y su posterior aminoración. A este respecto el Informe de 2024 (WHR2024) apunta que los indudables daños de vivir una pandemia fueron compensados por aumentos en las fuerzas contrarias, como el grado en que los encuestados habían podido descubrir y compartir la capacidad de cuidarnos unos a otros en tiempos difíciles.

    En el Informe de 2024 se evalúa un total de 143 países del mundo para los que se contó con información estadística. Las puntuaciones resultantes están en función de las respuestas que han dado las personas encuestadas en cada país para que evalúen la calidad de sus vidas en una escala de 10 (mejor vida posible) a 0 (peor vida posible). Ello nos permite, finalmente, establecer un ranking mundial de países de mayor a menor nivel de felicidad.

    Como se observa en el siguiente cuadro, Finlandia es el país con mayor nivel de felicidad, posición que ocupa por séptimo año consecutivo. Le siguen, a continuación, con valores superiores a 7,00 los siguientes 10 países: Dinamarca, Islandia, Suecia, Israel, Países Bajos, Noruega, Luxemburgo, Suiza, Australia y Nueva Zelanda.

    WHR2024_25 países más felices

    En otro extremo, se concluye que los países menos felices se encuentran principalmente en los continentes africano, en mayor medida, y asiático. Las últimas posiciones en la medida de felicidad corresponden a Afganistán y Líbano, cuyas poblaciones sufren las consecuencias de sendos conflictos bélicos. Les siguen, a continuación, como países con los menores niveles de felicidad, Lesoto, Sierra Leona, Congo, Zimbabue, Botsuana, Malaui, Esuatini, Zambia, Yemen y Comoras.

    WHR2024_25 países menos felices

    Sigue existiendo, por tanto, una gran brecha entre los países más felices y menos felices del mundo, que llega a ser de 4,5 veces entre Finlandia y Afganistán, distancia que se amplía respecto a la de un año antes (4,2).

    Según el Informe de 2024, desde 2006-2010 ha habido un gran aumento en la desigualdad de la felicidad en todas las regiones del mundo, excepto en Europa. Asimismo, el mayor aumento de la desigualdad se ha producido en el África subsahariana.

    De acuerdo con la metodología empleada en el Informe las variaciones de las puntuaciones de felicidad registradas entre los países pueden venir explicadas por seis factores principales: el PIB per cápita, el apoyo social, la esperanza de vida saludable al nacer, la libertad para tomar decisiones de vida, la generosidad y la percepción de corrupción.

    Para más información:

    Helliwell, J. F., Layard, R., Sachs, J. D., De Neve, J.-E., Aknin, L. B., & Wang, S. (Eds.). (2024). World Happiness Report 2024. University of Oxford: Wellbeing Research Centre.

    El hombre y la máquina en la sociedad moderna: una cita con Erich Fromm

    La historia de la humanidad ha estado marcada en buena medida por el desarrollo tecnológico y la extensión de la mecanización.

    En aras de su bienestar el hombre ha tendido a dirigir su imaginación e inteligencia hacia la fabricación de máquinas que faciliten su supervivencia y aumenten su calidad de vida, concebida con frecuencia como consumo de bienes materiales.  Sin embargo, no son despreciables los riesgos que entraña encomendar a la máquina una posición de supremacía dentro de la estructura social, económica y cultural en la que se desenvuelven nuestras vidas.

    Aportaciones críticas como las del pensador alemán Erich Fromm (1900-1980) nos advierten de los peligros que la deriva mecanicista puede acarrear para una existencia de calidad del ser humano.

    A diferencia del hombre primitivo que se valía de su observación y memoria propias para un aprendizaje consciente, el hombre cibernético de hoy confía cada vez más su felicidad a la máquina. Hemos evolucionado de tal modo que se ha intensificado nuestro distanciamiento de la naturaleza, al tiempo que reverenciamos un nuevo ídolo: la tecnología. Ello ha comportado, como nos sugiere Fromm, una priorización del “tener” en detrimento de la defensa del “ser”.

    El hombre moderno se cree un ser poderoso porque con sus máquinas domina la naturaleza, pero en realidad se encuentra desamparado. Posee una relación tan simbiótica con el mundo de las máquinas que “sin ellas es un inválido”.

    El siguiente pasaje de su obra Del tener al ser, escrita por Fromm hace medio siglo, nos empuja a reflexionar sobre verdades que hoy parecen incluso más evidentes que entonces, a la luz de los efectos de los últimos pasos que el desarrollo tecnológico nos planta ante nuestros ojos.

    “Los ídolos, según decía la crítica profética, no eran más que trozos de madera o piedra, y su única fuerza era la que le transmitía el hombre, para recibir en devolución parte de ella. Las máquinas no son precisamente unos trozos de metal inútiles: en realidad, crean un mundo de cosas provechosas. El hombre depende realmente de ellas, pero, del mismo modo que ocurrió con los ídolos, él es quien las ha inventado, proyectado y construido. Las máquinas, como los ídolos, son producto de su imaginación técnica, que, emparejada con la ciencia, puede crear cosas de mucha utilidad material, pero que han llegado a dominarlo.

    Prometeo trajo el fuego a los hombres para liberarlos del dominio de la naturaleza. En este momento de su historia, los hombres se han esclavizado a ese mismo fuego que había de liberarlos. El hombre de hoy, que lleva máscara de gigante, se ha convertido en un ser débil y desamparado, dependiente de las máquinas que “él” ha creado y, por tanto, de los dirigentes que aseguran el buen funcionamiento de la sociedad que produce la máquina, dependiente del buen funcionamiento de la economía, aterrorizado por el miedo a perder todas las ventajas, a ser “un hombre sin rango ni título”, a ser a secas, a tener que hacerse la pregunta: “¿Quién soy yo?”.

    En resumen, el hombre moderno tiene muchas cosas y usa muchas cosas, pero es muy poca cosa. Sus sentimientos y sus pensamientos están atrofiados, como músculos sin emplear. Tiene tanto miedo a cualquier cambio social que toda perturbación del equilibrio significa para él caos o muerte: si no la muerte física, la muerte de su identidad.”

    Para leer más:

    Erich Fromm: Del tener al ser. Paidós, Barcelona, 2022.

    Miguel Mihura: La Naturaleza es asombrosa

    La capacidad de asombro ante la Naturaleza es una de las facultades que pueden enriquecer la calidad de vida del ser humano. Se puede experimentar al natural, en vivo y en directo, pero también gracias a la ficción literaria.

    El dramaturgo español Miguel Mihura (1905-1977), reconocido en tres ocasiones con el Premio Nacional de Teatro, escribió en 1932 la conocida obra Tres sombreros de copa, estrenada 20 años después. Esta pieza teatral, impregnada del personal humor agridulce de su autor, se detiene en las inquietudes de sus protagonistas por abrirse el camino hacia la felicidad, en medio de una sociedad en la que se enfrentan dos mundos de moralidades irreconciliables.

    Toda la trama de la obra se desarrolla en la habitación de un hotel. Sin embargo, Mihura, con su humor lúcido, hace mención a la Naturaleza, la que se puede contemplar desde el balcón. En aquella habitación de hotel de segundo orden en una capital de provincias, se encuentran el propietario del hospedaje, don Rosario, y el nuevo huésped, el joven Dionisio, entre los que se entabla la siguiente conversación:

    DON ROSARIO: Es la mejor habitación, don Dionisio. Y la más sana. El balcón da al mar. Y la vista es hermosa (Yendo hacia el balcón). Acérquese. Ahora no se ve bien porque es de noche. Pero, sin embargo, mire usted allí las lucecitas de las farolas del puerto. Hace un efecto muy lindo. Todo el mundo lo dice. ¿Las ve usted?

    DIONISIO: No. No veo nada.

    DON ROSARIO: Parece usted tonto, don Dionisio.

    DIONISIO: ¿Por qué me dice usted eso, caramba?

    DON ROSARIO: Porque no ve las lucecitas. Espérese. Voy a abrir el balcón. Así las verá usted mejor.

    DIONISIO: No. No, señor. Hace un frío enorme. Déjelo. (Mirando nuevamente.) ¡Ah! Ahora me parece que veo algo. (Mirando a través de los cristales.) ¿Son tres lucecitas que hay allá a lo lejos?

    DON ROSARIO: Sí. ¡Eso!

    DIONISIO: ¡Es precioso! Una es roja ¿verdad?

    DON ROSARIO: No. Las tres son blancas. No hay ninguna roja.

    DIONISIO: Pues yo creo que una de ellas es roja. La de la izquierda.

    DON ROSARIO: No. No puede ser roja. Llevo quince años enseñándoles a todos los huéspedes, desde este balcón, las lucecitas de las farolas del puerto, y nadie me ha dicho nunca que hubiese ninguna roja.

    DIONISIO: Pero ¿usted no las ve?

    DON ROSARIO: No. Yo no las veo. Yo, a causa de mi vista débil, no las he visto nunca. Esto me lo dejó dicho mi papá. Al morir mi papá me dijo: “Oye, niño, ven. Desde el balcón de la alcoba rosa se ven tres lucecitas blancas del puerto lejano. Enséñaselas a los huéspedes y se pondrán todos muy contentos…” Y yo siempre se las enseño…

    DIONISIO: Pues hay una roja, yo se lo aseguro.

    DON ROSARIO: Entonces, desde mañana, les diré a mis huéspedes que sen ven tres lucecitas: dos blancas y una roja… Y se pondrán más contentos todavía. ¿Verdad que es una vista encantadora? ¡Pues de día es aún más linda!…

    DIONISIO: ¡Claro! De día se verán más lucecitas…

    DON ROSARIO: No. De día las apagan.

    DIONISIO: ¡Qué mala suerte!

    DON ROSARIO: Pero no importa, porque en su lugar se ve la montaña, con una vaca encima muy gorda que, poquito a poco, se está comiendo toda la montaña…

    DIONISIO: ¡Es asombroso!

    DON ROSARIO: Sí. La Naturaleza toda es asombrosa, hijo mío.

    Para leer más:

    Miguel Mihura: Tres sombreros de copa. El País, Madrid, 2005.

    La felicidad en los países del mundo (2023)

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    El grado de éxito de un país va más allá del valor de su PIB, indicador que se ha demostrado presenta serias limitaciones. En su lugar, existen enfoques alternativos a dicha medida tradicional, entre los que se encuentran los que proponen medidas de bienestar subjetivo o felicidad.

    Así, desde 2012 Sustainable Development Solutions Network viene publicando anualmente el Informe de Felicidad Mundial, en el que se postula que el éxito de los países ha de ser evaluado principalmente por el nivel de felicidad de sus ciudadanos.

    En concreto, la medida de felicidad recogida en estos informes se basa en tres indicadores principales sobre el bienestar subjetivo declarado por los ciudadanos encuestados: evaluaciones de vida (calidad de vida), emociones positivas (risa, disfrute, interés en aprender…) y emociones negativas (preocupación, tristeza, ira) en las experiencias diarias. La fuente principal para la obtención de esta información es la Encuesta Mundial Gallup.

    Los datos empleados corresponden al promedio de los tres años precedentes, como en informes anteriores, comprendiendo en este caso el periodo 2020-2022, marcado por la pandemia del COVID-19. En el Informe de 2023 (WHR2023) se evalúa un total de 137 países del mundo para los que se contó con información estadística.

    Las puntuaciones resultantes están en función de las respuestas que han dado las personas encuestadas en cada país para que evalúen la calidad de sus vidas en una escala de 10 (mejor vida posible) a 0 (peor vida posible). Ello nos permite, finalmente, establecer un ranking mundial de países de mayor a menor nivel de felicidad.

    Como se observa en el siguiente cuadro, Finlandia es el país con mayor nivel de felicidad, posición que ocupa por sexto año consecutivo. A continuación, les siguen, dentro del grupo de los doce primeros, Dinamarca, Islandia, Israel, Países Bajos, Suecia, Noruega, Suiza, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Austria y Australia.

    WHR2023_25 países más felices

    En otro extremo, se concluye que los países menos felices se encuentran principalmente en los continentes africano, en mayor medida, y asiático. Las últimas posiciones en la medida de felicidad corresponden a Afganistán y Líbano, cuyas poblaciones sufren las consecuencias de sendos conflictos bélicos. Les siguen, a continuación, como países con los menores niveles de felicidad, Sierra Leona, Zimbabue, Congo, Botsuana, Malaui, Comoras, Tanzania, Zambia, Madagascar, India y Liberia.

    WHR2023_25 países menos felices

    Existe, por tanto, una gran brecha entre los países más felices y menos felices del mundo, que llega a ser de 4,2 veces entre Finlandia y Afganistán, distancia que se amplía respecto a la de 2022, cuando fue de 3,3.

    De acuerdo con la metodología empleada en el Informe de 2023 (WHR2023) las variaciones de las puntuaciones de felicidad registradas entre los países pueden venir explicadas por seis factores principales: el PIB per cápita, el apoyo social, la esperanza de vida saludable al nacer, la libertad para tomar decisiones de vida, la generosidad y la percepción de corrupción.

    Asimismo, en el Informe se realiza una comparativa de los niveles de felicidad antes de la pandemia del COVID-19 (2017-2019) y durante la misma (2020-2022). Se concluye que las evaluaciones de la vida media durante la pandemia 2020-2022 muestran que están ligeramente por debajo en los países industriales occidentales (para los que los datos de 2022 están completos) y ligeramente por encima de los niveles previos a la pandemia en el resto del mundo (donde hay menos encuestas disponibles para 2022). Como razón explicativa se sugiere que el crecimiento de la sociabilidad y la predisposición al cuidado mutuo mostrado por la población durante la pandemia llegó a amortiguar la caída de las evaluaciones de vida en los países industriales y la convirtió en un aumento neto en el resto de los países.

    Para más información:

    Helliwell, J. F., Layard, R., Sachs, J. D., Aknin, L. B., De Neve, J.-E., & Wang, S. (Eds.). (2023). World Happiness Report 2023 (11th ed.). Sustainable Development Solutions Network.

    La felicidad en los países del mundo (2022)

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    Conocer el grado de felicidad de que disfrutan, o carecen, los países del mundo es una cuestión que despierta tanto interés como complejidad implica su análisis. Son diversas las investigaciones que se han desarrollado en este campo. Entre ellas se encuentra la aproximación a la felicidad evaluada aportada por el Informe de Felicidad Mundial, que, desde 2012, viene publicando anualmente Sustainable Development Solutions Network.

    Se trata de una medida de felicidad de las personas que se basa en tres indicadores principales de bienestar subjetivo: evaluaciones de vida (calidad de vida), emociones positivas (risa, disfrute, interés en aprender…) y emociones negativas (preocupación, tristeza, ira) en las experiencias diarias. La fuente principal de datos es la Encuesta Mundial Gallup.

    Según la metodología empleada en su Informe de 2022 (WHR2022) la felicidad de los países viene explicada por los siguientes factores principales:

    • El PIB per cápita. Es el Producto Interior Bruto por habitante en paridad de poder de compra (ajustado en dólares de 2017).
    • El apoyo social. Se mide según la respuesta dada por los ciuddanos a la pregunta siguiente: «Si usted se encuentra con problemas, ¿tiene familiares o amigos con los que puede contar para que lo ayuden cuando los necesite, o no?».
    • La esperanza de vida saludable al nacer. Se basa en los datos de la Organización Mundial de la Salud.
    • La libertad para tomar decisiones de vida. Se mide según la respuesta dada por los ciudadanos a la pregunta: «¿Está satisfecho o insatisfecho con su libertad para elegir qué hacer con su vida?».
    • La generosidad. Se mide según la respuesta dada a la pregunta: «¿Ha donado dinero a una organización benéfica en el último mes?».
    • La percepción de corrupción. Se mide según las respuestas dadas a dos preguntas: «¿Está la corrupción generalizada en el gobierno o no?» y «¿Está la corrupción generalizada en las empresas o no?».
    • El afecto positivo. Se define como el promedio de medidas del efecto del día anterior para la risa, disfrute y hacer o aprender algo interesante.
    • El afecto negativo. Se define como el promedio del día anterior afectan las medidas de preocupación, tristeza e ira.

    El indicador de felicidad que se presenta en el Informe de 2022 se obtiene a partir de las evaluaciones de la vida que efectúan los ciudadanos de los 146 países del mundo para los que se ha contado con datos, a través de encuestas realizadas durante el periodo 2019-2021.

    Las puntuaciones resultantes son promedios que están en función de las respuestas que han dado las personas encuestadas en cada país para que evalúen la calidad de sus vidas en una escala de 0 a 10.

    Como se observa en el siguiente cuadro las ocho primeras posiciones en cuanto a nivel de felicidad las ocupan países europeos: Finlandia (por quinto año consecutivo), Dinamarca, Islandia, Suiza, Países Bajos, Luxemburgo, Suecia y Noruega. A ellos les siguen países como Israel, Nueva Zelanda, Austria, Australia, Irlanda, Alemania y Canadá.

    WHR2022_25 países más felices

    En otro extremo, se concluye que los países menos felices se encuentran principalmente en los continentes africano, en mayor medida, y asiático. Las últimas posiciones en la medida de felicidad corresponden a Afganistán, Líbano, Zimbabue, Ruanda, Botsuana, Lesoto, Sierra Leona, Tanzania, Malaui, Zambia, India, Togo, Jordania, Mauritania, Yemen, Etiopia y Chad.

    Existe, por tanto, una gran brecha entre los países más felices y menos felices del mundo, que llega a ser de 3,3 veces entre Finlandia y Afganistán.

    Según los resultados del WHR2022, los niveles generales de evaluación de la vida se han mantenido bastante estables durante los dos años de COVID-19, acompañados de cambios modestos en las clasificaciones globales.

    Además, en un análisis temporal más amplio el Informe nos revela que entre 2008-2012 y 2019-2021 los diez países que han conseguido las mayores ganancias de felicidad son Serbia, Bulgaria, Rumania, Hungría, Togo, Baréin, Letonia, Benín, Guinea y Armenia. Por el contrario, las mayores pérdidas de felicidad corresponden a Líbano, Venezuela, Afganistán, Lesoto, Zimbabue, Jordania, Zambia, India, México y Botsuana.

    Finalmente, es destacable que, según WHR2022, en general, la desigualdad de bienestar ha aumentado desde 2011, especialmente en África subsahariana, MENA (Oriente Medio y Norte de África), América Latina y el sur y sureste de Asia.

    Para más información:

    Helliwell, J. F., Layard, R., Sachs, J. D., De Neve, J.-E., Aknin, L. B., & Wang, S. (Eds.). (2022). World Happiness Report 2022. New York: Sustainable Development Solutions Network.